Lo Básico

'Cristóbal' pega fuerte en el agro

El meteoro ha puesto en evidencia la inexistente cultura de los seguros agrícolas.

El Covid evidenció la poca cultura que tenemos como mexicanos en seguros de gastos médicos y de vida para nosotros mismos, pero Cristóbal, la tormenta tropical que en unas horas podría fortalecerse y convertirse en huracán en el Golfo de México, ha evidenciado que la cobertura de los seguros agrícolas es todavía más lejana.

De las 32 millones de hectáreas que tiene México como superficies agrícolas, apenas 2.5 millones están aseguradas de manera directa, es decir el productor compró el seguro y protegió su cultivo de alguna eventualidad, esto es el 8 por ciento del total, según datos del Inegi y de la AMIS.

Las estadísticas públicas no son tan detalladas para conocer en qué estados se ubican esos 2.5 millones de hectáreas aseguradas, pero podemos presumir que son del Bajío o norte del país.

En el sureste y en la península de Yucatán estas coberturas directas, donde el productor las compra, son excepcionales.

Sin embargo, existe el seguro catastrófico, el que opera el gobierno federal con Agroasemex y los fondos de seguros de los gobiernos estatales.

En este seguro es donde hay 10 millones de hectáreas, esto es una tercera parte del total cultivado.

Y se activa siempre que hay una afectación severa, como la que están viviendo miles de productores en Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

Desde el domingo empezó a llover, de manera sorpresiva, ya que si bien los pronósticos proyectaban lluvias de Amanda la incredulidad de las previsiones hizo bajar la guardia y la lluvia no ha parado.

Chiles, papayas, sandías, tomates, lechuga, cebolla, rábano, maíz, entro otros productos están cubiertos por el agua.

Las imágenes son desoladoras y los productores deberán esperar a que se realice el levantamiento de evidencias del gobierno del estado y la aseguradora para determinar qué y quiénes serán cubiertos con la cobertura.

La compra de seguros agrícolas resulta una inversión onerosa para los productores, ya que son recursos que pueden invertir en otra parcela para producir más y la cultura del aseguramiento, así como el de la salud o de la muerte, no han sido adoptados, por lo que suele 'llover sobre mojado' cuando hay crisis.

La pandemia ya había puesto el reto al sector agropecuario para innovar en la comercialización y no quedarse con sus cosechas o producciones, ahora el fenómeno natural está golpeando a la actividad.

La impotencia, coraje y lamento del trabajo hecho es inmenso.

El sector se levantará, será resiliente y se repondrá; sin embargo, son retos que no podemos pasar por alto.

En Campeche la siembra del maíz estaba por comenzar y en Yucatán, ya se habían hecho las primeras siembras, pero el impacto está en los frutales y hortalizas.

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