En esta última semana terminó la temporada para capturar pulpo en Yucatán y el Congreso local aprobó el Presupuesto de Egresos de 2020 para la entidad, ambos hechos fueron de trascendencia para el sector agropecuario y pesquero.
En los dos casos los retos son grandes, primero, porque viene la veda y se debe reforzar y concientizar la vigilancia y segundo porque habrá mucho menos recursos públicos para hacer frente a las necesidades del Estado.
Sin embargo, es la mejor oportunidad para que productores y gobierno hagan mancuerna o refuercen alianzas para salir adelante.
El pulpo
Esta temporada de pulpo 2019 ha sido de las más bajas en captura y de las más bajas en precio al pescador ribereño.
El festín pulpero que cada año significaban los cuatro meses y medio de temporada de captura, fueron de tristeza.
Los pescadores ribereños cobraron en promedio 40 pesos por kilo de pulpo y las capturas fueron casi de la mitad de lo logrado el año pasado.
Será el miércoles 18 que se reúna el sector y se analicen las cifras de cierre, pero las preliminares son de casi 20 mil toneladas versus las 36 mil del año pasado que se vendieron en casi 100 pesos el kilo.
Esta pesquería es la más importante para el estado, intervienen más de 12 mil pescadores, su carga social es relevante y representa cada año un aliciente económico.
Sin embargo, este año no lo fue. Los inventarios en congeladoras, la mala fama en el exterior por hidratar el pulpo, entre otros factores, provocaron la caída en el precio y las bajas capturas.
El panorama no resulta halagador para la pesca, porque en febrero comenzará la veda del mero y en marzo la de la langosta.
La vigilancia será clave en ello y para eso es que se reunieron el viernes los miembros del sector con las áreas de seguridad y poder afinar la estrategia que se terminará de discutir el miércoles porque en materia presupuestal, Conapesca tiene cero pesos para la inspección y vigilancia.
Lo que logra capturar el sector pesquero no es menor, Yucatán figura en las estadísticas nacionales entre los primeros lugares.
Y la pesca significa la principal fuente de empleo en el sector primario, por lo que es necesario encontrar estrategias, nuevas formas de trabajar y cubrir las necesidades.
Dimensiones
El sector agropecuario y pesquero en Yucatán ha recobrado fuerza en los últimos ocho años, tanto en lo agrícola, pecuario y pesquero hay trabajos relevantes que nos colocan en el liderazgo nacional y regional.
Un ejemplo es el pulpo, especie con mayor volumen de captura a nivel nacional y prácticamente con mercado de exportación.
Otro ejemplo es el mero, que en Estados Unidos tienen demanda entre restaurantes.
Uno más es la miel, referente en Alemania, o los ejemplares bovinos y ovinos con su calidad genética.
De acuerdo con el Inegi y el propio gobierno del estado, en este primer semestre del año Yucatán ha crecido en su economía, y un factor relevante es la actividad agropecuaria.
En seis meses el sector primario, que abarca agricultura, ganadería y pesca creció 9 por ciento con respecto al mismo periodo de 2018.
Yucatán fue la cuarta con mayor crecimiento en el país con un aumento superior al nacional de 3 por ciento, en materia agropecuaria y pesquera.
La actividad agrícola por sí sola creció 13.4 por ciento y 3.6 en la producción pecuaria.
Este sector ha crecido en promedio durante los últimos cinco años 2.1 por ciento.
Se trata de un sector en crecimiento, en desarrollo y que tiene retos para mejorar.
Sin duda los recursos son facilitadores para lograrlo, sin embargo, el presupuesto federal es menor y por ende hay ajustes en el estatal.
El Congreso estatal aprobó para 2020 un presupuesto de 262.3 millones de pesos para la Secretaría de Desarrollo Rural, la cabeza de sector y 103 millones para la Secretaría de Pesca y Acuacultura.
Son reducciones del 7 por ciento, más la baja presupuestal federal con los convenios de coejercicio.
Estrategias
Ante la baja de recursos una opción es buscar inversión privada nacional y extranjera.
El gobierno ya tiene identificado que el problema es que los pequeños y medianos productores tienen bajos niveles de productividad por la poca mecanización y tecnificación en la producción.
También afecta que los productores no pueden acceder a insumos y herramientas y a que existen pérdidas de cosechas por plagas, enfermedades, contaminación y contingencias climatológicas.
El gobierno del estado registra que las personas ocupadas en el sector agropecuario y agroindustrial en el estado son 94 mil 11 personas, de los cuales 88 mil 21 son los pequeños y medianos productores, para ellos se mantendrá el programa Peso a Peso.
Y van a dar impulso a la inclusión financiera para que los productores que no cuentan con garantías suficientes, puedan obtener un crédito de los intermediarios financieros.
El impulso a la protección financiera se lleva mediante la Atención a Siniestros Agropecuarios, que busca la reincorporación a las actividades productivas de los productores ante desastres naturales, mediante apoyos y fomento de la cultura del aseguramiento.
Y desarrollarán proyectos para mejorar la infraestructura para la producción mediante el mejoramiento de la infraestructura eléctrica para unidades de riego en los municipios de Oxkutzcab y Tekax y la construcción de caminos rurales.
La importancia y consolidación del sector en el estado avanza, la forma de impulsar y mejorar deberá ser en conjunto productores y gobierno, con menos recursos públicos y con unidad para hacer frente a problemas como la pesca ilegal.