En la capital yucateca, en el estado líder de captura de pulpo, observé con admiración una cartulina de color naranja fosforescente que tenía escrito a mano y con plumón negro "80 pesos kg de pulpo".
Había visto la venta ambulante de camarones congelados que llegan de Campeche los fines de semana, pero ¡de pulpo! Era la primera vez.
Tradicionalmente el pulpo que se captura en Yucatán se exporta a Europa o Estados Unidos, se comercializa en La Viga de la Ciudad de México, se va al norte del país o se vende en las mesas de los mercados, así como restaurantes y pescaderías de la entidad.
¿Por qué habrían de estar vendiendo el pulpo de manera ambulante?
Los #1 .
A nivel nacional, Yucatán es reconocido por la pesquería del pulpo, la propia Conapesca ubica a Yucatán como número 1 en la captura. El año pasado fueron 36 mil toneladas en los cuatro meses y medio que dura la temporada.
Y también son el principal exportador, colocándose en el primer lugar. El año pasado se exportó poco más del 30 por ciento de lo capturado.
Para el propio gobierno del estado, es la segunda pesquería más importante por su impacto económico y social, ya que en sólo cuatro meses y medio que dura la temporada de captura, permea de manera directa en los bolsillos de los hogares de 12 mil pescadores que participan directamente en la pesca del octópodo, que además está en vías de una denominación de origen por ser "pulpo maya".
Y genera divisas. Tan sólo el año pasado se exportaron 12 mil toneladas, valuadas en casi 100 millones de dólares, según datos de Aduanas y Sader.
Además, es una pesquería encadenada, organizada: comienza con el pescador al que se le facilitan las artes de pesca (plomos, jimbas, hielo, carnada, hilos, gasolina), le sigue el permisionario, la cooperativa, y la congeladora, que es la que comercializa al mercado externo, nacional o local.
Las congeladoras son certificadas por la Secretaría de Salud, a través de Cofepris y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) a través de los comités de sanidad para comprobar que la pesquería cumple con los estándares de sanidad y que se respetan las artes de pesca, es decir que no se capturen pulpos con gancho, con arpón o cualquier otro arte que no sea el 'garetaeo' (un hilo con carnada y plomo que al vaivén del mar o gareteo engaña al pulpo y abraza la carnada).
Si existe todo este eslabonamiento y encadenamiento, reconocido a nivel nacional y mundial, ¿por qué este año se observa por primera vez la venta de pulpo de manera ambulante?
Las hipótesis
El precio.
Fue la primera respuesta que me dio el vendedor con su cartulina fosforescente.
La temporada de captura de pulpo en Yucatán va del 1 de agosto al 15 de diciembre, en esta época acudían por tradición a los puerto pesqueros jóvenes y adultos de los pueblos vecinos a la llamada 'pulpeada', dejando el trabajo del taxi, la tienda, la albañilería o jardinería de sus comunidades, porque la captura de pulpo "deja más".
El año pasado cada kilo de pulpo se pagó al pescador hasta en 110 pesos, pero este año la temporada arrancó en 47 pesos al pescador.
Hasta este fin de semana, en promedio el precio al pescador en playa es de 65 pesos el kilo y 75 pesos en planta congeladora, una paga bajísima para 10 horas bajo el sol en alta mar y a la espera.
"De llevarlo a la planta o venderlo en la playa, mejor lo vendo aquí en 80 y sí sale, nosotros podemos porque son nuestras lanchas, no todos pueden", me explicó el pescador-vendedor.
El bajo precio del pulpo lo padece también el sector industrial porque no hay la misma demanda, faltan compradores, aunado a una carga de inventarios de más o menos ocho mil toneladas que presionan el precio.
No hay consumo como el año pasado. La Canainpesca Yucatán registró el año pasado hasta 13 tráileres con unas 300 toneladas de pulpo a la semana que se iban al centro y norte del país, y ahora apenas se van siete tráileres con 160 toneladas.
Y hay otro elemento:
El furtivismo.
No sólo en la calle se está comercializando el pulpo, sino también en redes sociales.
En Facebook hay una clara oferta del producto que a decir de los que saben, no es venta directa del pescador, sino del furtivismo, de las capturas que realizan quienes no tienen permisos, o que se hacen con artes de pesca que no son permitidas.
El reflejo.
El sector pesquero en Yucatán ha sido una industria creciente, organizada y reconocida a nivel nacional y mundial.
Hoy adolece las consecuencias de la especulación del mercado con inventarios, de la falta de inspección y vigilancia, del reordenamiento, que tiene al sector con precios bajos y que el primer eslabón de la cadena busca cómo salir adelante.
Ojalá que no ocurra con el pulpo lo que ya se vive en la miel yucateca y que podremos platicar más adelante.
Que los pulpos sigan siendo en su tinta y no 'entintados'.