La contingencia está marcando a esta pesquería en Yucatán y a la producción nacional y sí... el festín pulpero tendrá que esperar, no hay demanda del producto en el exterior, ni a nivel nacional.
Aunque la temporada de captura de pulpo inició el 1 de agosto y termina el 15 de diciembre, la contingencia no ha permitido el arranque real de la pesquería, porque el precio al pescador de 30 a 40 pesos no es atractivo, así que casi 90 por ciento de las embarcaciones ribereñas no están saliendo al pulpo y 80 por ciento de los barcos están amarrados.
Hace unas semanas comentamos en este espacio que el inicio de esta pesquería, importante por su impacto social y económico, podría posponerse ya que los industriales o empresarios no darían los tradicionales 'adelantos', que son los recursos para la compra de las artes de pesca, carnada y avituallamiento previo a la salida.
Ocurrió. Los puertos de la costa yucateca lucen desangelados, la fiesta que provoca cada temporada de pulpo está ausente.
Las lanchas o barcos no portan las tradicionales jimbas, cordeles y plomos, que son las artes de pesca, ni se registra el ir y venir de hombres y mujeres que reciben a los pescadores tras ocho horas en el mar.
¿Por qué?
De las 22 mil toneladas que se capturan en Yucatán, la mitad se exporta a Europa principalmente, y el resto lo demandan en estados de la República mexicana.
Para su captura, participan 12 mil 500 pescadores en Yucatán, y en la industria, es decir las plantas congeladoras, se emplean 83 mil personas directa e indirectamente.
Estos elementos dimensionan que es una actividad de impacto social y económico para el estado de Yucatán.
Genera divisas y la derrama económica llega directamente a los pescadores o trabajadores.
Es por estas razones que cada año, del 1 de agosto al 15 de diciembre, se considera que ocurre el festín pulpero, porque llegan a la costa hombres y mujeres a emplearse en esta cadena productiva.
La crisis económica mundial, la baja de consumo de pulpo de los europeos, principales compradores, en las entidades federativas y un bajo consumo en Yucatán, contribuyen a que la demanda sea menor.
A todo esto se suma que las empresas congeladoras tienen 7 mil toneladas en inventario de la temporada pasada, por lo que el mercado no está pidiendo el producto ni local, nacional e internacionalmente, así que el primer eslabón de esta cadena, es decir los pescadores, son los más afectados, los más vulnerables.
México es el cuarto productor de pulpo en el mundo, y la contingencia está marcando esta temporada, que de prolongarse, tendrá efectos serios en la economía de los pescadores y sus familias, principalmente.
Sí, el pulpo fresco a las brasas, tendrá que esperar.