¿Cómo le fue al presidente López Obrador en su encuentro de hace una semana con empresarios en el Instituto Cultural Mexicano en Washington, en el marco de su visita oficial a Estados Unidos?
Él dijo que le fue bien en el desayuno de trabajo con integrantes del US-México CEO Dialogue, pues “en lo económico y comercial se llegó a un buen acuerdo con empresarios estadounidenses”.
Y confirmó lo que había adelantado el canciller Marcelo Ebrard: “van a invertir desde ahora hasta el 2024, alrededor de 40 mil millones de dólares, fundamentalmente en el sector energético.
“Son (inversiones) en ductos, plantas de fertilizantes y también en extracción de crudo en sociedad con Pemex de acuerdo con las concesiones que se otorgaron cuando la reforma energética” de 2013, en el gobierno de Peña Nieto.
Sí, la reforma por la que se celebraron 111 contratos petroleros, que desde su entrada en vigor, y hasta mayo de este año, han aportado a la producción nacional 101 mil barriles diarios de petróleo.
Al aludir a sus reuniones con empresarios estadounidenses y canadienses del sector de energía, antes de su visita oficial a EU, AMLO dijo que “están muy satisfechos, muy contentos, no hay problema.
“La cuestión eléctrica, pues ya entendieron de qué se trata, de que a todos nos iba a perjudicar. Es lo mismo que el petróleo, no iba a tener producción la Comisión Federal de Electricidad, la iban a quebrar, estaría totalmente sin capital, todo para darle el mercado a Iberdrola, estaría pasando lo de España”.
Lo extraño es que en Washington piensan de otra manera, como lo hizo ver la US Chamber of Commerce, coanfitriona con el Consejo Coordinador Empresarial del 12° Diálogo de Directores Generales de EU y México.
El comunicado que emitió la agrupación empresarial tras el desayuno con AMLO del miércoles pasado hace señalamientos fuertes sobre los desafíos en la integración comercial y la relación bilateral México-EU en el marco del TMEC:
“Los directores ejecutivos expresaron su seria preocupación por el deterioro del clima de inversión en México y pidieron al gobierno mexicano que cumpla con sus compromisos relacionados con el TMEC”.
Destacadamente, la Cámara de Comercio de EU pide al gobierno del presidente López Obrador “erradicar las políticas del sector energético que favorecen injustamente a las empresas estatales –Pemex y CFE– a expensas de los proveedores del sector privado”.
También solicita a México “abordar los retrasos y denegaciones sistémicos en la concesión de permisos y licencias en sectores clave como los hidrocarburos y las aduanas”.
En la víspera de la visita de AMLO a Washington, se llevó a cabo en Vancouver la segunda reunión de la Comisión de Libre Comercio del TMEC, donde tanto Canadá como EU reiteraron sus preocupaciones sobre el clima de inversión y la política energética en México.
Se dice que ‘tanto va el cántaro al agua, que se rompe’. Eso es lo que, de alguna manera, pasó con la decisión, formalizada este miércoles, de la Representación Comercial de EU de solicitar consultas de resolución de disputas bajo el TMEC sobre la política energética de México.
“Las consultas se relacionan con ciertas medidas de México que socavan a las empresas estadounidenses y la energía producida en EU a favor de la empresa eléctrica estatal de México, la CFE, y la empresa estatal de petróleo y gas, Pemex”, informó la USTR.
La señal es que EU está poniendo presión para que, en materia energética, el TMEC se cumpla ‘al pie de la letra’.
En su reunión con Joe Biden, AMLO dijo que en las últimas tres décadas se aceptó de manera cómoda que China sería la “fábrica del mundo”, en lo que no coincidió el presidente estadounidense, quien respondió que EU produce más bienes agrícolas que el gigante asiático.
Más allá de la polémica, ser una alternativa viable a China tendría que estar entre las mayores apuestas de nuestro gobierno, pues México está llamado a ser un actor clave en el proceso de relocalización de las cadenas de producción estadounidenses.
La ubicación geográfica privilegiada del país, el TMEC y el potencial en energías renovables, entre otros factores, representan grandes ventajas para acercar la producción al mayor centro de consumo mundial.
Un paso necesario en esa dirección es mejorar el clima para la inversión privada, que evidentemente no es el mejor, aunque hay grandes oportunidades para atraer inversiones a México.