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No es para ‘presumir’ un crecimiento de 1%, pero…

La actividad económica en el país se mantuvo resiliente en el periodo abril-junio, cuando se registró un crecimiento trimestral de 1%, ligeramente por arriba de la expectativa de analistas.

Por primera vez en muchos años, no sólo la inflación es más alta en Estados Unidos que en México, sino que el crecimiento de la economía mexicana contrasta con la caída de la estadounidense.

Este viernes, el INEGI dio a conocer la estimación oportuna del PIB de México correspondiente al segundo trimestre del año.

La cifra sugiere que la actividad económica en el país se mantuvo resiliente en el periodo abril-junio, cuando se registró un crecimiento trimestral de 1 por ciento, ligeramente por arriba de la expectativa del consenso de analistas.

Mientras la actividad industrial continuó reactivándose, el comercio y los servicios extendieron su recuperación.

Hay que recordar que en el periodo enero-marzo de 2022, la economía mexicana también se incrementó 1 por ciento a tasa trimestral.

Es notoria la fuerte resistencia observada en el segundo trimestre del año, periodo que destacó por la quinta ola de contagios de covid-19 en el país.

La medición aproximada del PIB mensual de mayo, que es el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), decreció 0.2 por ciento mensual, después de haber crecido 1.3 por ciento en abril.

Además de que fue la primera contracción desde octubre de 2021, quedó incluso por debajo del dato anticipado por el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), que sugería un nulo crecimiento mensual en mayo.

El IOAE, que muestra las cifras estimadas para los dos meses pasados y que por lo general es un indicador preciso, anticipa que el IGAE se habría contraído 0.4 por ciento en junio.

Sin embargo, los resultados de la estimación oportuna del PIB sugieren que la actividad económica habría tenido un mejor comportamiento en junio.

En cualquier caso, estos indicadores disponibles confirman que nuestra economía aún no recupera sus niveles previos a la pandemia, en un contexto de elevada e inusual incertidumbre global.

La incertidumbre está asociada sobre todo a la evolución de la pandemia, la persistencia de las disrupciones en las cadenas globales de suministro y también de las presiones inflacionarias.

Aunque no es para presumir ni celebrar, el crecimiento del PIB de México en el segundo trimestre del año con respecto a los tres meses anteriores es un buen dato, considerando el caso de Estados Unidos, cuya economía sigue una ruta con rendimientos decrecientes.

Expresado como tasa trimestral anualizada ajustada por estacionalidad, el PIB estadounidense en el periodo abril-junio de 2022 se contrajo 0.9 por ciento, según la primera estimación de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio.

Esto, luego de que la actividad económica en ese país cayera durante el primer trimestre del año a una tasa de 1.6 por ciento.

Así, el principal socio comercial de México habría entrado en una ‘recesión técnica’, que es definida como dos trimestres consecutivos con decrecimiento.

El FMI expuso en su actualización de Perspectivas de la Economía Mundial (informe WEO) de esta semana que, para EU, “algunos indicadores”, como el modelo de predicción GDPNow del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, “apuntan a que ya podría haber empezado una recesión técnica”.

Lo que se advierte es una desaceleración pronunciada, más que una recesión en EU, que oficialmente tiene que ser determinada por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER).

La NBER define la recesión como “una disminución significativa de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos pocos meses”, criterios que no se cumplen ahora.

Sin embargo, las estimaciones de la probabilidad de una recesión han aumentado, pues los indicadores disponibles evidencian un debilitamiento de la economía estadounidense hacia finales del segundo trimestre, después de una recuperación moderada.

La debilidad responde al apretamiento de las condiciones financieras por el aumento pronunciado de las tasas de interés, así como a la menor confianza de los consumidores por el repunte generalizado de la inflación.

No obstante, el comportamiento del PIB de EU en los dos primeros trimestres del año hará cada vez más difícil, mas no imposible, evitar una recesión en los próximos periodos trimestrales.

EU representa el principal riesgo para la recuperación de México, donde la economía enfrentará mayores retos para seguir creciendo en los próximos meses a medida que se mantenga un entorno muy complejo para frenar la inflación.

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