Más allá de las disputas en energía y ahora en maíz, lo que dicen las cifras de la estadounidense Oficina del Censo sobre el intercambio comercial es que en agosto, septiembre y octubre México fue el principal socio de Estados Unidos.
En octubre, con una participación de mercado de 14.8 por ciento entre exportaciones e importaciones, México superó a Canadá y China, que continuaron en segundo y tercer lugares, respectivamente.
Sin embargo, Canadá, con una cobertura de 15 por ciento, ocupó el primer lugar en el acumulado del periodo enero-octubre de 2022 y México, el segundo sitio.
En ese lapso de 10 meses, el comercio bilateral con México ascendió a 655.9 mil millones de dólares, lo que representó 14.7 por ciento del intercambio de bienes de EU con el mundo.
Dicho de otra manera, México es el segundo mercado para las exportaciones estadounidenses, después de Canadá, y es también el segundo proveedor de las importaciones de EU, después de China.
En su mensaje del pasado 27 de noviembre por ‘cuatro años de transformación’, el presidente López Obrador destacó que “México está considerado en el mundo como uno de los países con más potencial para invertir y hacer negocios”.
Reveló que “fue un logro firmar con el expresidente Trump y con el primer ministro Trudeau el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá”.
Es por eso que hoy “somos el principal socio comercial de Estados Unidos en el mundo”, dijo AMLO ese día desde el Zócalo de la Ciudad de México.
El hecho es que ser el principal socio comercial de EU es resultado de la integración de ambas economías a partir del T-MEC, que abrió una nueva era en las relaciones comerciales y económicas de América del Norte.
La integración está reflejada en los beneficios para México de la rápida recuperación de la economía estadounidense tras los efectos provocados por la pandemia de Covid-19.
Mientras a EU le llevó cuatro trimestres recuperar lo perdido por la pandemia, a la economía mexicana le tomó prácticamente 11 trimestres regresar a los niveles de actividad previos a la emergencia sanitaria.
La recuperación de México fue más lenta que en la mayoría de los países, pero se benefició del ‘arrastre’ de EU para crecer después del desplome económico provocado por la pandemia.
El empuje provino en buena medida del restablecimiento de las cadenas de valor con nuestro principal socio comercial, del fuerte consumo en ambos lados de la frontera y, más recientemente, de la relocalización de plantas (nearshoring) al norte del país.
Volviendo al discurso de AMLO, el domingo 27 de noviembre afirmó que “sigue llegando inversión extranjera y durante nuestro gobierno se han alcanzado niveles históricos”.
Tan es así, abundó, que “en los primeros nueve meses de este año la inversión foránea fue de 32 mil 147 millones de dólares, creció en 29.5 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado”.
Ese flujo de IED no sólo se compara favorablemente con cifras preliminares reportadas para enero-septiembre de 2021, sino que es el monto más elevado para igual periodo de nueve meses desde que hay registro, según la base de datos de la Secretaría de Economía.
Lo es porque entre enero y junio pasados se llevaron a cabo “movimientos extraordinarios” de IED por la fusión de Televisa con Univision y la reestructura de Aeroméxico.
Hecha la acotación, el crecimiento de 29.5 por ciento encubre que en el tercer trimestre de 2022 la IED cayó 36.8 por ciento frente a igual periodo del año anterior, después de un repunte de 29.4 por ciento anual en el segundo trimestre de este año.
Es decir, las cifras acumuladas al tercer trimestre ‘ocultan’ la caída de la IED preliminar en el periodo julio-septiembre de este año, lo que aún debe confirmarse cuando los datos sean actualizados.
En términos de flujos, la IED se redujo a 3 mil 443 millones de dólares entre julio y septiembre; esto es, menos de la mitad de los 7 mil 515 millones de dólares originalmente captados entre abril y junio previos.
Hay muchos sectores en los que México tiene áreas de oportunidad para la IED, con excepción de los que dejaron de ser atractivos por la incertidumbre que generan las políticas del gobierno, como el energético.
No hay duda de que el país está considerado entre los que tienen más potencial para invertir, en buena medida gracias al T-MEC, que hace a la economía mexicana atractiva para recibir flujos de inversión extranjera.