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Empieza EU a ‘cobrar factura’ a México

En febrero pasado, las exportaciones mexicanas de mercancías se redujeron 5.8 por ciento mensual, después de crecer 4.6 por ciento en enero.

La desaceleración de la demanda de Estados Unidos ya comenzó a cobrar su cuota sobre las exportaciones manufactureras de México y, en particular, las automotrices, tanto de autos como de autopartes.

En febrero pasado, las exportaciones mexicanas de mercancías registraron una severa contracción con cifras ajustadas por estacionalidad.

El INEGI informó el lunes que las ventas totales al exterior se redujeron 5.8 por ciento mensual, después de crecer 4.6 por ciento en enero.

Esto significa que el repunte del primer mes del año fue más que revertido en febrero, lo que puede atribuirse a la desaceleración de la demanda de EU.

La caída mensual de las exportaciones, la mayor desde enero de 2022, implicó la pérdida de dos mil 921 millones de dólares en flujos de un mes a otro.

Luego de haber impulsado la recuperación económica de México tras los efectos de la pandemia por Covid-19, las ventas externas de mercancías ya no tienen el mismo empuje.

La contracción en febrero fue producto de una reducción de 12.6 por ciento mensual en las exportaciones petroleras y de un declive de 5.4 por ciento en las no petroleras.

Al interior de las no petroleras, las exportaciones manufactureras tuvieron un caída mensual de 6.0 por ciento, donde las no automotrices descendieron 0.5 por ciento y las automotrices se desplomaron 16 por ciento, su mayor contracción desde enero de 2022.

El ‘reversazo’ en febrero de las exportaciones automotrices fue de 2 mil 536 millones de dólares respecto al mes previo y, en términos de valor, el repliegue llevó al peor nivel desde julio de 2022.

Lo anterior quiere decir que de cada 10 dólares que se perdieron por exportaciones totales en el segundo mes del año, prácticamente nueve dólares corresponden al sector automotor.

Sorprende la caída en las exportaciones manufactureras automotrices dado que las disrupciones en el suministro de diversos insumos, principalmente de semiconductores, han dado señales de mitigación.

Todavía hace un año las exportaciones automotrices estaban siendo afectadas por los problemas de producción a nivel global, pero ya no.

Al cierre de 2022 las exportaciones automotrices presentaron debilidad, pero fue en el segundo mes de este año cuando mostraron un deterioro con gran rapidez.

Habrá que ver si a lo largo de 2023 la actividad industrial mexicana entra en un proceso de debilitamiento o contracción gradual afectada por la menor demanda de EU.

Por lo pronto, la producción industrial se estancó en enero, pues tuvo un nulo crecimiento respecto al mes anterior y, a tasa anual, aumentó 2.5 por ciento, también con cifras desestacionalizadas, siendo la menor expansión desde marzo de 2022.

Sin duda, este indicador será clave para analizar la llegada de nuevas inversiones al país por el nearshoring, estima México, ¿cómo vamos?

La oportunidad histórica del nearshoring

Hablando de la relocalización de empresas, fenómeno conocido como nearshoring, Antonio Ortiz Mena y Diego Marroquín publicaron un amplio ensayo en la revista Este País donde abordan este tema.

Lo primero que señalan es que “México es el país que más tiene por ganar” con el reacomodo mundial de las cadenas de suministro.

Ningún otro país en el mundo puede beneficiarse tanto como México, primeramente por su conexión geográfica con el mercado más grande del mundo, que es EU, pero también por el nuevo acuerdo comercial en Norteamérica, el T-MEC, entre otros factores, como la nueva política industrial de EU.

De acuerdo con Marroquín, investigador senior en Brookings Institution y experto en política comercial y relaciones México-EU, nuestro país tiene una “oportunidad generacional, de esas que vienen cada 30, 40 o 50 años”.

El también maestro en políticas públicas por la Universidad de Georgetown dijo a este reportero que, del lado contrario, entre los factores de repulsión para el nearshoring en México, en primer lugar están la violencia y la inseguridad, seguido de la falta de certeza jurídica y de medidas que desincentivan la inversión en energías limpias.

Ojalá que no se pierda de vista que “estamos en un momento único que tiene que ser muy bien aprovechado por los mexicanos”.

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