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¿Llegará o no la recesión a EU?

El indicador de ventas minoristas apunta a una desaceleración de la demanda interna en EU, señal de que los consumidores están mostrándose más cautelosos en sus gastos.

La recesión en la economía de Estados Unidos no llega y cada vez es menor la probabilidad de que se dé en el plazo de un año, si bien moderada y de corta duración.

Sin embargo, algunos indicadores comienzan a mostrar debilidad, como la producción industrial en EU, que se contrajo 0.5 por ciento a tasa mensual en junio, luego de caer también 0.5 por ciento en mayo.

La cifra se considera preocupante, pues implica un deterioro mayor al previsto por los analistas, que esperaban una lectura cercana a cero o ligeramente positiva.

La reducción de la actividad industrial en junio reflejó una menor producción manufacturera, que se contrajo 0.3 por ciento a tasa mensual, así como una caída de 0.2 por ciento en la producción minera.

Además, el indicador de ventas minoristas apunta a una desaceleración de la demanda interna en EU.

En junio las ventas minoritas subieron 0.2 por ciento a tasa mensual, desacelerando desde 0.5 por ciento en mayo.

El avance del mes quedó por debajo del 0.5 por ciento anticipado por los economistas, señal de que los consumidores estadounidenses están mostrándose más cautelosos en sus gastos.

En general prevalece el optimismo, pues si bien las ventas minoristas no cumplieron con las expectativas de los analistas, avanzaron por tercer mes consecutivo.

De alguna manera, esto deja ver que el gasto del consumidor estadounidense se mantiene resiliente, a pesar de que la Reserva Federal ha estado tratando de debilitar la demanda de bienes y servicios para disminuir la inflación.

Al inicio de la semana Goldman Sachs redujo la probabilidad de que comience una recesión en EU durante los próximos 12 meses desde 25 a 20 por ciento.

La razón principal, según Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs, es que “los datos recientes han reforzado nuestra confianza en que reducir la inflación a un nivel aceptable no requerirá una recesión”.

Si bien la Reserva Federal está lista para elevar su tasa de interés de referencia la próxima semana, Goldman Sachs cree que será el último incremento de una serie de aumentos que comenzaron en marzo del año pasado.

Hatzius consideró que hay “fuertes razones fundamentales” para esperar una disminución continua de las presiones inflacionarias en EU.

Esto, después de que un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales mostrara que la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, disminuyó en junio al ritmo más lento desde octubre de 2021.

Dicho componente ligó tres meses a la baja y pasó de 5.3 por ciento anual en mayo a 4.8 por ciento en junio, quedando por debajo del 5.0 por ciento estimado por el consenso de analistas.

En el caso particular de la inflación general, medida por el índice de precios al consumidor, en términos anuales disminuyó de 4.0 a 3.0 por ciento en el mismo periodo, siendo su menor registro en 27 meses.

Además de que ligó 12 meses en desaceleración, se ubicó por debajo del 3.1 por ciento anticipado por el mercado.

En opinión de Citi Research, si bien mejora el panorama de corto plazo para EU, se anticipa una recesión económica para el siguiente año:

“Ahora estimamos que la recesión se observaría hasta el primer trimestre o segundo de 2024″, cuando antes sus economistas tenían la expectativa de que pudiera llegar en el cuarto trimestre de 2023.

Este escenario es compatible con un “aterrizaje suave”, si la economía estadounidense logra sortear una recesión a medida que la inflación se enfríe.

Pero “a menos que tengamos más relajación en el mercado laboral, es difícil para nosotros ver que la inflación regrese de manera duradera y sostenible al 2.0 por ciento”, apuntó ayer Verónica Clark, economista de Citi, en una entrevista con Bloomberg Surveillance.

Más aún, Citi considera que la inflación se podría acelerar de nuevo en el inicio de 2024, por lo que advierte contra el optimismo de un aterrizaje suave por enfrentar ‘vientos en contra’.

La probabilidad de una recesión en EU para el siguiente año permanece, aunque se espera que sea poco profunda y de corta duración.

En este momento ningún escenario es compatible con una contracción larga y duradera, pero persiste la preocupación de una recesión económica con efectos en México.

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