En la encuesta que levanta el Banco de México entre especialistas del sector privado, publicada este viernes, las expectativas de crecimiento del PIB nacional para 2023 se incrementaron de 2.5 a 3 por ciento entre julio y agosto.
Apenas el miércoles pasado, el propio banco central revisó al alza su pronóstico sobre el crecimiento de nuestra economía para este año de 2.3 a 3 por ciento, en línea con lo estimado por la Secretaría de Hacienda.
Los analistas consultados por Banxico anticipan un crecimiento de 1.6 por ciento para 2024, por arriba del 1.5 por ciento esperado en la encuesta anterior.
Esta semana, el INEGI presentó la actualización del Sistema de Cuentas Nacionales de México al nuevo año base 2018, que deja atrás las mediciones con año base 2013.
Cada cinco años se actualizan las estadísticas económicas del país con el fin de tener indicadores más precisos sobre diversos sectores de la economía mexicana.
La actualización del año base hizo que se modificaran los resultados sobre el crecimiento del PIB a partir de 1993, en unos casos a la baja y en otros al alza.
El PIB nacional del año 2019, con base 2018, decreció 0.3 por ciento, en comparación con una contracción de 0.2 por ciento con la base 2013.
Aunque no hay mucha diferencia para 2019, se confirma que, como lo recuerda el observatorio económico México, ¿cómo vamos?, “la actividad económica mostraba estancamiento desde antes de la pandemia”. Incluso entró en una pequeña recesión.
Luego, de acuerdo con la actualización de las Cuentas Nacionales, en 2020 el PIB disminuyó 8.7 por ciento en la nueva base, mientras que en la anterior cayó 8 por ciento en términos reales, “derivado de los efectos de la pandemia por la COVID-19″, señala el INEGI.
En 2021, el PIB creció 4.7 por ciento con la base 2013 y 5.8 por ciento con la base 2018.
De lo anterior se desprende que, en 2020, afectada por la pandemia, la economía mexicana experimentó una contracción histórica.
En 2021 se produjo un ‘efecto rebote’ que no alcanzó para compensar la caída acumulada en los dos años previos.
Así llegamos a 2022, año en el que, todavía con cifras preliminares, el PIB pasó de un crecimiento de 3 por ciento en la base 2013 a uno de 3.9 por ciento en la base 2018.
Lo importante es que, con estos datos actualizados sobre la economía del país, el crecimiento promedio para el periodo 2019-2022 es de 0.2 por ciento.
En un amplio diagnóstico sobre el 5° Informe de Gobierno del presidente López Obrador, México, ¿cómo vamos? subraya que al segundo trimestre de 2023, el tamaño de la economía rebasó en 3 por ciento el último pico prepandemia –registrado en el tercer trimestre de 2018– y se alcanzó un nuevo máximo histórico en la serie.
Sin embargo, el PIB per cápita o por habitante se encuentra en niveles similares a los de 2016, por lo que muestra “7 años de rezago”.
Si se cumplieran las expectativas de los analistas encuestados por Banxico para 2023 y 2024, México tendría un crecimiento promedio anual en el sexenio de AMLO del 0.9 por ciento, el más bajo en una generación.
Según un análisis de Citibanamex, si el PIB creciera 2.8 y 1.4 por ciento, respectivamente, este año y el próximo, como lo anticipan sus economistas, México tendría un aumento promedio de 0.8 por ciento para el periodo 2019-2024, menor al 2.1 por ciento de los 15 años previos.
En cualquier caso sería el crecimiento más bajo en un periodo sexenal desde el gobierno de Miguel de la Madrid, entre 1983 y 1988, cuando el avance promedio de la economía fue prácticamente de cero –con redondeo de cifras–, revelan los datos actualizados del INEGI con la base de 2018.
Con Carlos Salinas hubo un crecimiento de 4 por ciento promedio anual durante su sexenio entre 1989 y 1994; con Ernesto Zedillo de 3.6 por ciento entre 1995 y 2000; con Vicente Fox de 1.8 por ciento entre 2001 y 2006; con Felipe Calderón de 1.5 por ciento entre 2007 y 2012, y con Enrique Peña de 2 por ciento entre 2013 y 2018.
No hay duda de que crecer a tasas más altas y revertir el desempeño insatisfactorio del PIB per cápita son los retos económicos de México que el gobierno debe asumir con responsabilidad en la parte final de la administración.