La calificadora Fitch Ratings elevó su pronóstico de crecimiento para México en 2023 a 3.1 por ciento desde 2.5 por ciento previsto en junio.
En su Global Economic Outlook de septiembre, publicado esta semana patria, destacó el comportamiento positivo de la inversión y la fortaleza del consumo.
De acuerdo con Fitch, el crecimiento económico se ha beneficiado de un consumo robusto debido a la fortaleza del mercado laboral y al aumento inesperadamente fuerte de la inversión privada.
En el reporte menciona que la inversión privada ha crecido notablemente en los dos últimos trimestres, particularmente la construcción no residencial y la inversión en maquinaria y equipamiento.
Esto continúa indicando el aumento en la demanda de producción manufacturera mexicana debido a los efectos del proceso de relocalización de empresas o nearshoring.
Al respecto, “anticipamos que el nearshoring será una importante oportunidad de crecimiento para México en los próximos tres a cinco años, a medida que se ejecuten los proyectos de inversión anunciados”.
Aun así, desde la perspectiva de Fitch el crecimiento en 2024 se desacelerará a 1.8 por ciento y en 2025 tendrá una recuperación de 2.3 por ciento.
Lo relevante es que, en términos de los beneficios del nearshoring, la calificadora anticipa un impulso al crecimiento de la economía mexicana durante un lustro.
México ya refleja los efectos del proceso de relocalización, pero sus beneficios son incipientes, según las opiniones de directivos empresariales entrevistados por el Banco de México.
En su Reporte sobre las Economías Regionales del periodo abril-junio de 2023, se dan a conocer los resultados de una encuesta –levantada en julio– en la que, entre otras cosas, se pregunta a sus contactos empresariales sobre el impacto de la relocalización en su producción, ventas o inversión en los últimos 12 meses, de junio de 2022 al mismo mes de 2023.
Indaga si estos cambios podían atribuirse a una demanda nacional o extranjera debido exclusivamente a la fortaleza o debilidad de la actividad económica, el poder de compra de los consumidores o los patrones de consumo; o en su caso, a inversión extranjera directa o demanda por los bienes o servicios de su empresa debido exclusivamente al nearshoring.
La encuesta arroja que 24.7 por ciento consideró haberse beneficiado por los efectos de una mayor demanda y sólo 9.3 por ciento percibió impactos favorables debido específicamente al proceso de relocalización.
“La percepción empresarial confirma que la relocalización ha tenido un impacto positivo en los diferentes sectores y regiones del país, si bien de manera diferenciada”, apunta el reporte de Banxico.
El porcentaje de empresas de más de 100 trabajadores que reportó impactos positivos debido a este fenómeno fue 11.9, 6.1, 9.8 y 5.7 por ciento en las regiones norte, centro norte, centro y sur, respectivamente.
La proporción de empresas que perciben haber sido beneficiadas por este factor en el sector manufacturero integrado en cadenas globales de valor fue de 18.1 por ciento, superior al porcentaje en el resto de manufacturas o en el sector no manufacturero, donde fue de 4.2 y 8 por ciento, respectivamente.
Como lo deja ver Banxico, a diferencia del levantamiento de 2022, en el de este año los directivos empresariales dicen percibir cada vez más beneficios derivados del proceso de relocalización.
Por lo pronto, “los beneficios observados hasta ahora no reflejan la magnitud del impacto total que la relocalización podría significar, pues este es costoso y tomará tiempo”.
El mensaje principal es que “el proceso de relocalización hacia México está en marcha y se anticipa que continúe hacia delante”.
Aunque no serán tan rápidos, debe asumirse que los efectos del nearshoring seguirán incidiendo positivamente sobre la economía mexicana.
¡Que viva México!