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El ‘nuevo ambiente’ de inversiones en México

La opinión mayoritaria de los analistas refleja una percepción favorable sobre el clima de inversión debido a factores como la relocalización o reubicación de producción.

Los analistas encuestados por el Banco de México en septiembre, según la encuesta publicada el lunes pasado, tienen una percepción mayormente positiva sobre el entorno económico actual y, en particular, sobre el clima de negocios en el país.

La opinión preponderante es el 56 por ciento de los especialistas en economía del sector privado –poco más de la mitad– que creen que el ambiente de negocios en los próximos seis meses permanecerá igual.

Las fracciones de los que opinan que el clima de negocios mejorará o empeorará en el próximo semestre disminuyeron en relación con la encuesta precedente, la de agosto; en el primer caso, pasó de 24 a 18 por ciento, y en el segundo, de 35 a 26 por ciento.

Además, la proporción de los que opinan que actualmente la economía está mejor que hace un año es de 91 por ciento, por lo que sólo el 9.0 por ciento piensa exactamente lo contrario, que es la fracción más baja desde septiembre de 2021, hace dos años.

La opinión mayoritaria refleja una percepción favorable sobre el clima de inversión debido a una serie de factores como la relocalización de empresas o reubicación de producción en el país, pese a la persistencia de variables de riesgo para la economía mexicana y de retos por resolver.

De hecho, los indicadores de momento adecuado para invertir continúan por arriba de su tendencia previa a la pandemia.

En la encuesta de Banxico de septiembre, el porcentaje de analistas que consideran que este es un buen momento para invertir es de 39 por ciento.

Si bien disminuyó desde el 41 por ciento en la encuesta de agosto, que a su vez es el nivel más alto desde diciembre de 2015, continúa siendo la opinión preponderante por tercer mes consecutivo.

A la pregunta de “¿Cómo considera que sea la coyuntura actual de las empresas para efectuar inversiones?”, el porcentaje de analistas que perciben que es un mal momento para hacerlo es de 27 por ciento, el más bajo desde octubre de 2018, hace casi cinco años.

En este contexto de confianza para invertir es que se está presentando una revisión continua de las expectativas sobre el crecimiento de la actividad económica de México no sólo este año, sino también en 2024.

Ahora se estima que en 2023 el crecimiento de la economía alcanzará una tasa de 3.2 por ciento y no de 3.0 por ciento como se anticipaba un mes antes.

También se proyecta que el año entrante el crecimiento del PIB se ubique en 1.9 por ciento, en vez de 1.6 por ciento que se esperaba en la encuesta de agosto.

Los analistas encuestados por Banxico pronostican que en 2025 la tasa de crecimiento del país sería de 2.0 por ciento, por lo que mantendría condiciones inerciales.

Por el contrario, los factores que, en opinión de los especialistas consultados, podrían obstaculizar el crecimiento de México en los próximos seis meses –los últimos tres de 2023 y los primeros tres de 2024– se siguen asociando con la gobernanza y las condiciones económicas internas.

A nivel particular, las principales variables son los problemas de inseguridad pública con 24 por ciento de las respuestas, seguido de la ausencia de cambio estructural en el país con 12 por ciento.

La percepción de ausencia de cambio estructural en México, que puede incidir negativamente en el potencial de crecimiento de la economía, no es compatible con la pretendida ‘transformación’ de la política económica.

En la encuesta nacional de El Financiero sobre la evaluación del gobierno, publicada también el lunes, la percepción de la opinión pública sobre el manejo de la economía sigue mostrando desaprobación, que es mucho mayor en seguridad pública.

La opinión negativa sobre el desempeño del gobierno de López Obrador en el rubro económico pasó de 44 a 52 por ciento entre agosto y septiembre pasados, mientras que en seguridad se incrementó de 61 a 67 por ciento en igual periodo.

El sexto y último año de la administración transcurrirá en un ambiente político caracterizado por el debilitamiento del marco institucional y la polarización social –politización, dice el presidente AMLO– ante la elección presidencial de 2024.

Estos eventos pueden comprometer los resultados económicos obtenidos después de la pandemia y ensombrecer las perspectivas de crecimiento, pese a la tendencia positiva de los indicadores sobre el ambiente para la inversión.

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