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En el ‘carril de alta velocidad’ de crecimiento

Las cifras del IGAE de agosto son alentadoras, cimentando un piso para el crecimiento económico en el tercer trimestre del año.

Los indicadores económicos más recientes del INEGI no sólo sugieren, sino que confirman una expansión de la economía mexicana a un ritmo muy significativo.

El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), proxy mensual del PIB, creció 0.4 por ciento en agosto, ligeramente por arriba del 0.3 por ciento que anticipó el indicador oportuno y del 0.2 por ciento observado en julio.

El crecimiento mensual reportado para agosto considera el incremento previamente publicado de 0.3 por ciento en la producción industrial y el aumento también de 0.3 por ciento en las actividades terciarias, representadas por el comercio y los servicios.

A tasa anual, con cifras desestacionalizadas, el crecimiento del IGAE fue de 3.5 por ciento en agosto, el mismo que en julio.

En su interior, se registraron crecimientos de 2.7 por ciento anual en las actividades agropecuarias; de 5.0 por ciento en las industriales, y de 2.8 por ciento en las terciarias, superando la estimación del indicador oportuno del INEGI, que lo anticipó en 2.5 por ciento anual.

El 5.0 por ciento anual de crecimiento industrial es similar a las lecturas de los dos meses anteriores, pero es el más elevado para un agosto desde 2010.

Dentro de la industria, la actividad de mayor dinamismo fue la construcción, con un repunte de 30.1 por ciento anual, su mejor expansión desde mayo de 2021.

La industria de la construcción en México mantuvo su impulso en agosto, mes en el que experimentó un crecimiento mensual de 5.0 por ciento en el valor total de la producción, precedido por un aumento de 3.9 por ciento en julio.

El valor de las empresas constructoras acumuló en agosto seis meses con crecimientos consecutivos. En su interior, el dinamismo del mes estuvo explicado por el incremento de 18.4 por ciento en el valor de producción de la obra pública.

En términos anuales, el valor de la producción generado por las empresas constructoras registró un salto de 45.8 por ciento respecto a agosto de 2022, que además de ser históricamente el más alto de la serie, ligó niveles de doble dígito por cuatro meses.

La producción industrial está siendo apoyada por la construcción en obras de ingeniería civil asociadas a los proyectos de infraestructura del sector público, como el Tren Maya o la refinería en Dos Bocas.

Las cifras del IGAE de agosto son alentadoras, cimentando un piso para el crecimiento económico en el tercer trimestre del año, similar al de 0.8 por ciento en los dos periodos trimestrales previos.

A tasa anual, el crecimiento de la actividad económica podría ser menor al 3.7 y 3.6 por ciento del primer y segundo trimestres, respectivamente.

Aun así, en el periodo julio-septiembre de 2023 la economía nacional ligará ocho trimestres consecutivos de crecimiento.

Se espera que la economía continúe mostrándose resiliente, pero todo apunta a que tenderá a desacelerarse en la parte final del año y aún más en 2024.

La otra cara de la moneda es que la resiliencia de la actividad económica explica la lentitud en el ritmo de disminución de la inflación, sobre todo la de servicios en el componente subyacente, que se ha visto presionada por los efectos del mayor crecimiento.

En la primera quincena de octubre la inflación general fue de 4.3 por ciento anual –con redondeo de las cifras del INEGI–, se situó por debajo de lo anticipado y se redujo desde 4.5 por ciento en las dos últimas semanas de septiembre.

El componente subyacente, que refleja mejor la tendencia de la inflación, se ubicó en 5.5 por ciento anual, quedó por debajo del 5.7 por ciento de la quincena previa e hiló 17 periodos quincenales a la baja.

En su interior, continuó mostrando menores presiones en el componente de mercancías, que desaceleró de 6.0 a 5.7 por ciento anual entre finales de septiembre y principios de octubre.

Sin embargo, el componente de servicios a duras penas pasó de 5.4 a 5.3 por ciento anual entre quincenas.

La persistencia de este componente es lo que hace creer a algunos analistas que, a tasa anual, la inflación ya habría alcanzado su punto más bajo de 2023 para apuntar a una trayectoria ascendente en lo que resta del año.

Además de que el panorama sigue siendo complejo e incierto, la inflación aún está lejos de la meta.

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