Al anunciar el envío al Congreso de un paquete de 20 iniciativas, el presidente López Obrador dijo que “se propone revertir las reformas de pensiones, tanto la aprobada durante el gobierno de Ernesto Zedillo en 1997, como la impuesta en 2007 por Felipe Calderón, porque afectan injustamente a trabajadores del Seguro Social y del ISSSTE, pues les impiden jubilarse con el 100 por ciento de su salario”.
Con ese propósito, “desde el primero de mayo de 2024 se va a crear un fondo semilla de 64 mil 619 millones de pesos que se irá incrementando poco a poco, al mismo tiempo que se utilizará lo necesario para compensar a los trabajadores afectados por las reformas antilaborales del periodo neoliberal”.
Según la iniciativa, las personas trabajadoras con 65 años de edad que empezaron a cotizar a partir del 1 de julio de 1997 en el IMSS y las que están bajo el régimen de cuentas individuales que cotizan en el ISSSTE, tendrán derecho a que su pensión de retiro por vejez sea igual a su último salario hasta por un monto equivalente al salario promedio registrado en el Seguro Social en los términos que establezca la ley.
Las personas trabajadoras a partir de los 60 años de edad mantendrán su derecho a una pensión garantizada, en los términos que establece la ley.
Lo anterior quiere decir que sólo los trabajadores que ganan menos del salario promedio registrado en el IMSS, que en 2023 fue de 16 mil 778 pesos mensuales, tendrán derecho a una pensión de 100 por ciento de su último salario.
Más aún, la propuesta de “revertir” la reforma de pensiones de 1997 no plantea la eliminación del sistema de capitalización de cuentas individuales gestionado por las Afores ni de los recursos para el retiro que administran.
A casi 27 años de su inicio, el Sistema de Ahorro para el Retiro tiene 73.9 millones de cuentas administradas por las Afores, que manejan recursos por cerca de 5.8 billones de pesos.
Los ahorros de los trabajadores para su retiro representan alrededor de 18 por ciento del PIB.
De acuerdo con Mariana Campos, directora general de México Evalúa, con la reforma de 2020 en materia de pensiones ya se había logrado incrementar la tasa de reemplazo justo de la población que propone beneficiar esta iniciativa por el aumento al salario promedio del IMSS.
De regreso a la iniciativa del Ejecutivo en materia de pensiones, ésta plantea que el Fondo de Pensiones para el Bienestar –el fondo semilla– se financiará con “aportaciones iniciales” del gobierno federal y también con “ingresos complementarios obtenidos de diversas fuentes”.
A detalle, provendría en 75 por ciento de los recursos obtenidos por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado; del proceso de liquidación de la Financiera Rural; de los ingresos que se obtengan por la venta de inmuebles sin construcción del Fonatur; del cobro de adeudos que, las dependencias y entidades públicas, así como los estados tienen pendientes de pago ante el SAT, el ISSSTE y el IMSS, y de los recursos de la subcuenta de retiro, cesantía y vejez y de la subcuenta de vivienda que hayan prescrito.
Como “aportaciones complementarias” prevé integrar los recursos derivados de los fideicomisos del Poder Judicial; los que se generen con la eliminación de los órganos autónomos y los reguladores; el 25 por ciento del remanente de las utilidades de las empresas de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina; de la enajenación de inmuebles del ISSSTE, y de las donaciones o aportaciones de personas físicas o morales.
Mariana Campos advierte que algunas de las fuentes de ingresos con las que se integraría el fondo “no necesariamente existen hoy”, pues se plantea, por ejemplo, que una parte provenga de la rentabilidad de las empresas que están a cargo de Sedena y la Marina, pero “algunas de estas empresas se están apenas desarrollando y no sabemos qué garantía tienen de ser rentables”.
La directora de México Evalúa dice a este reportero que “también tenemos recursos que son no recurrentes, como la liquidación de los fideicomisos del Poder Judicial”, que aún están en procedimientos legales, por lo que “no sabemos tampoco si realmente van a existir esos recursos”.
En conclusión, “quedamos con una propuesta muy vacía en términos de ingresos recurrentes para alimentarla”.
En efecto, sin una fuente estable de financiamiento de un gasto recurrente, la reforma propuesta por AMLO terminará siendo inviable, por más que pretenda garantizar un retiro digno.