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Retadora etapa de transición sexenal

Al incurrir el gobierno saliente en un mayor desequilibrio presupuestario este año, obliga al entrante a plantear un proceso creíble de consolidación fiscal en la parte inicial de la administración.

La nueva administración de México enfrentará el desafío de instrumentar una estrategia de consolidación fiscal dado el déficit presupuestario esperado de 5 por ciento del PIB en 2024.

Al incurrir el gobierno saliente en un mayor desequilibrio presupuestario este año, obliga al gobierno entrante a plantear un proceso creíble de consolidación fiscal en la parte inicial de la administración.

El deterioro en las finanzas públicas podría requerir una reforma fiscal que mejore los ingresos tributarios del próximo gobierno federal, a menos de que se ‘apriete el cinturón’ y recorte el gasto.

Lo anterior se desprende del marco macroeconómico incluido en los Pre-Criterios 202, que entregó la semana pasada el Ejecutivo al Congreso a través de la Secretaría de Hacienda.

En el documento de 44 páginas se indica que “si bien se prevé un mayor déficit presupuestario con respecto al cierre del año anterior, éste tendrá un carácter transitorio. En primer lugar, el espacio fiscal generado en 2023 por menores niveles del déficit presupuestario y deuda respecto a los niveles aprobados permitirá partir de una base menor.

“En segundo lugar, el incremento del gasto público, en el contexto de la culminación de los principales proyectos prioritarios de infraestructura, tendrá su componente más fuerte en 2024. De esta manera, para 2025 se prevé un menor déficit público –de 2.5 por ciento del PIB– respecto a lo estimado para este año, lo cual permitirá que la deuda pública como porcentaje del PIB se mantenga constante y en una trayectoria sostenible”.

No es cosa menor, pues alcanzar la meta de déficit presupuestario de 2.5 por ciento del PIB implica que el gasto programable pagado disminuya en más de 833 mil millones de pesos respecto al monto estimado de cierre en 2024.

No hay duda de que en 2024 las finanzas públicas enfrentarán grandes retos asociados con el ajuste fiscal requerido para alcanzar la consolidación en 2025.

En 2023, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que son la medida más amplia del déficit fiscal, fueron equivalentes a 4.3 por ciento del PIB, mayor al 4.1 por ciento programado por la SHCP.

Según los Pre-Criterios 2025, los RFSP ascenderán hasta 5.9 por ciento del PIB en 2024, mayores en 0.5 puntos porcentuales respecto a lo estimado en el Paquete Económico 2024.

De por sí, el nivel de 5.4 por ciento del PIB en los RFSP previsto inicialmente por la SHCP ya era el mayor déficit desde 1988.

“No obstante, en 2025, se anticipa un ajuste a la baja del déficit público, que se verá reflejado en un superávit primario y un nivel de los RFSP de 3 por ciento del PIB”, prevén los Pre-Criterios.

Dicho de otra manera, el esfuerzo de política fiscal sería equivalente a 2.9 puntos del PIB entre un año y otro, pero corresponde hacerlo al nuevo gobierno.

Por su parte, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), que es el concepto más amplio de la deuda, pondrá a prueba la estabilidad de las finanzas públicas en los últimos años.

Al cuarto trimestre de 2023, esta métrica fiscal cerró el año en 46.8 por ciento del PIB, por debajo del 47.8 por ciento de 2022.

De acuerdo con los Pre-Criterios 202, el saldo de la deuda pública se ubicará en un nivel de 50.2 por ciento del PIB al cierre de la actual administración y se estima que se mantenga en ese mismo nivel en 2025.

Dado que es el mismo nivel de 2020, significa revertir lo ganado en tres años.

El desempeño de la deuda ampliada medida por el SHRFSP es de gran importancia para la estabilidad de las finanzas públicas.

Lo que más ha llamado la atención de analistas e inversionistas extranjeros en el país es la actualización de las estimaciones de finanzas públicas para 2024.

Sobre todo, el incremento que se efectuó en los RFSP, que –como se indicó– se estima que alcanzarán un nivel de 5.9 por ciento del PIB, el mayor en más de 30 años.

Al respecto, en una nota especial del área de Estudios Económicos de Citibanamex se advierte que “considerando el faltante de ingresos que estimamos, proyectamos que este déficit se ubicaría en 6.2 por ciento del PIB y la deuda neta (Saldo Histórico de los RFSP) en 50.5 por ciento del PIB”.

En un año de cierre de administración, la proyección de la SHCP parece poco amigable con el gobierno que llegue, pues tendría una situación muy comprometida en materia de finanzas públicas.

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