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Comienza EU a ‘cobrar factura’ a México

Los indicios de una posible desaceleración económica en EU se reflejaron en el comportamiento de los ingresos por remesas a México.

La moderación del crecimiento en Estados Unidos a la que apuntan los indicadores de reciente publicación ha comenzado a cobrar su cuota sobre el sector externo de México.

Para empezar, el mercado laboral estadounidense proporcionó evidencia de que la demanda de trabajadores en esa economía se está moderando.

La nómina no agrícola pasó de una generación de 315 mil nuevas plazas en marzo a 175 mil en abril de este año, la menor creación de empleo en seis meses, desde 165 mil en octubre de 2023.

Además, las cifras de este indicador correspondientes a los dos meses previos se revisaron a la baja en 22 mil, según datos de la estadounidense Oficina de Estadísticas Laborales publicados este viernes.

En tanto, la tasa de desempleo aumentó inesperadamente una décima a 3.9 por ciento, por arriba del 3.8 por ciento estimado, lo que, según Bloomberg, sugiere que se está produciendo cierto enfriamiento en el mercado laboral después de un fuerte comienzo de año.

La tasa de participación se mantuvo en 62.7 por ciento. Una mayor tasa de participación ayuda a frenar el crecimiento de los salarios.

En abril, los salarios por hora aumentaron 0.2 por ciento mensual y 3.9 por ciento anual, desacelerando por tercer mes consecutivo y siendo el avance más moderado desde junio de 2021.

Sobre la base del informe de empleo, los operadores de los mercados financieros desplazaron sus apuestas para el primer recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de noviembre a septiembre de este año.

En opinión de Bloomberg Economics, “la cifra de empleo no agrícola más débil de lo esperado en abril, junto con una tasa de desempleo más alta, sugieren que la política monetaria (de la Fed) finalmente se está imponiendo en el mercado laboral después de un largo retraso”.

La recalibración de expectativas de tasas, adelantando en el tiempo el inicio del proceso de recortes, provocó un retroceso generalizado del dólar y de los rendimientos de los bonos del Tesoro, lo que permitió que el peso mexicano se apreciara en las primeras operaciones del viernes hacia 16.83 por dólar, aunque después rebotó a los 17.03 pesos y cerró la semana en 16.96.

Los indicios de una posible desaceleración económica en EU se reflejaron en el comportamiento de los ingresos por remesas a México.

Esta semana el Banco de México informó que en marzo los ingresos por remesas provenientes del exterior se situaron en 5 mil 21 millones de dólares, cifra que representó un retroceso de 3.3 por ciento respecto a igual mes del año anterior.

Esta es la primera caída desde abril de 2020, en el inicio de la primera ola de la pandemia en México, con lo que se puso fin a 46 meses continuos de crecimiento anual sostenido.

A la menor entrada de flujos de ‘migradólares’ se suma el hecho de que el valor de las remesas en pesos ha disminuido de manera importante por la apreciación del tipo de cambio.

Las señales de enfriamiento en EU también han comenzado a cobrar su cuota sobre las exportaciones mexicanas de mercancías a esa economía.

Las exportaciones de México hacia Estados Unidos registraron un tropiezo en el tercer mes del año, según los datos oficiales de la estadounidense Oficina del Censo.

En marzo, los envíos de productos mexicanos al país vecino del norte sumaron 41 mil 563 millones de dólares, cifra que representa una contracción de 2.9 por ciento anual, la primera caída en 11 meses.

Aun así, México se mantiene como el principal proveedor de mercancías para el mercado estadounidense y también como el primer socio comercial de EU, por arriba de Canadá y China.

En EU, por lo pronto, los indicadores laborales apuntan a un proceso de desaceleración gradual de su economía, pero será durante los próximos meses cuando la debilidad se acentúe.

El efecto en México se verá reflejado en un flujo de remesas menor, lo que debilitará el consumo de las familias receptoras, así como en una pérdida de dinamismo de las exportaciones de mercancías al mercado estadounidense, que se verán inhibidas por el enfriamiento de la actividad económica en EU.

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