El promedio de las encuestas publicadas hasta el 29 de mayo, al cierre de las campañas electorales, sugería que Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena y sus partidos aliados, ganaría por un amplio margen a Xóchitl Gálvez.
Había una diferencia de entre 18 y 22 puntos, pero en el resultado final de la elección presidencial la ventaja de Sheinbaum sobre la candidata opositora terminaría siendo de 31 puntos, lo que supera la intención de voto que sugerían las encuestas.
Los inversionistas, operadores y analistas de mercados ya habían descontado un triunfo de Sheinbaum en la contienda para presidente, pero sin que su coalición Sigamos Haciendo Historia lograra la mayoría calificada en el Congreso.
Al confirmarse que los resultados preliminares del conteo de votos otorgan a Morena, PT y Partido Verde dos tercios de las curules en la Cámara de Diputados y casi dos tercios de los escaños en el Senado, lo que permitirá aprobar reformas constitucionales, el lunes se registró un impacto negativo en los mercados financieros.
En la entrega anterior de esta columna, publicada el sábado pasado, se apuntó que “las elecciones de este 2 de junio (…) pueden afectar el desempeño económico de México.
“Sobre todo, si el resultado electoral que anticipan las encuestas al cierre de las campañas, no en el caso de la elección para presidente, donde se anticipa continuidad política, aunque persiste la incertidumbre sobre las estrategias fiscales y energéticas de la nueva administración, provoca episodios de volatilidad en los mercados financieros.
“Más bien, en la elección para diputados federales y senadores, pues la nueva composición del Congreso influirá en la forma y el alcance de cualquier reforma.”
Tal cual, los activos financieros mexicanos cayeron fuertemente el lunes, sólo horas después de conocer los resultados preliminares de las elecciones, que anticipan un dominio de Morena y sus aliados en San Lázaro y el Senado, en detrimento de los contrapesos desde el Poder Legislativo.
El peso lideró las pérdidas al depreciarse más de 4 por ciento y caer a 17.70 unidades por dólar, nivel no observado desde el 9 de noviembre de 2023, mientras que los índices accionarios locales cayeron más de 6 por ciento.
La moneda mexicana y las bolsas de valores tuvieron su mayor revés desde el 9 de marzo de 2020, cuando la llegada de la primera ola de la pandemia de covid-19 al país.
Se cumplió el escenario de menor probabilidad para los mercados, el de triunfo abrumador en la Presidencia y el Poder Legislativo, lo que facilitará la aprobación de gran parte de las iniciativas para cambiar la Constitución sin balances ni equilibrios.
Sobre la caída del peso posterior al anuncio de los resultados electorales preliminares, Citibanamex analizó que “la magnitud de la depreciación (alrededor de 4 por ciento) se sitúa cerca de la observada en otros periodos de elevada volatilidad (…), y por debajo de la que se registró cuando Trump ganó la presidencia en 2016 (7.7 por ciento en un solo día)”.
Sus analistas consideran que “el mercado estará atento a los detalles sobre la eventual configuración del gabinete y la agenda programática y legislativa de Sheinbaum y Morena”.
Por lo pronto, Sheinbaum anunció el lunes su primer nombramiento al confirmar que, como lo adelantó El Financiero, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, aceptó continuar en el cargo durante su gobierno.
Ramírez de la O “es un gran servidor público, que da certeza del buen manejo financiero y económico”, dijo la virtual presidenta electa.
Ayer, las bolsas de valores recortaron pérdidas, no así el tipo de cambio, que escaló a 17.88 pesos por dólar, su nivel más alto desde el 31 de octubre; esto, después de alcanzar durante la jornada un máximo de 18.04 pesos al reflejar el ambiente de mayor incertidumbre sobre México.
También ayer, en una llamada con inversionistas, Ramírez de la O dijo que el gobierno sigue comprometido con reducir el déficit y mantener la disciplina fiscal.
Pero no detalló la estrategia y, en opinión de algunos analistas, dejó ver que la reducción del déficit a niveles de 3 por ciento del PIB, desde 5 por ciento este año, sería gradual y no en 2025.
Parece que el mensaje no es suficiente para amainar este episodio de volatilidad.