La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a todas sus importaciones de automóviles y algunas autopartes, lo que podría tener repercusiones serias para la economía mexicana e incidir desfavorablemente en su crecimiento, implica un gran cambio en el modelo de integración regional en América del Norte.
Como se sabe, el presidente Donald Trump anunció a media semana la imposición de aranceles de 25 por ciento sobre las importaciones automotrices bajo la Sección 232 de su Ley de Expansión Comercial de 1962, que invoca la “amenaza a la seguridad nacional” de EU que representan estas importaciones.
De acuerdo con especialistas consultados, los productos mexicanos del sector automotor deberían estar por completo excluidos de los aranceles estadounidenses, de conformidad con lo establecido en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La imposición de estas medidas arancelarias genera una alta incertidumbre sobre la integración regional, una preocupación para los exportadores mexicanos de vehículos ligeros y autopartes y, sobre todo, una grave afectación para la industria automotriz de EU, donde se encarecerán los autos nuevos en miles de dólares.
Los aranceles aplicarán a vehículos de pasajeros, como sedanes, SUV, minivans y camionetas ligeras, así como a las autopartes críticas, como motores, transmisiones, componentes eléctricos y partes del tren motriz, pero podrían extenderse a otros productos automotrices.
Según la hoja informativa que publicó la Casa Blanca sobre la medida arancelaria, “los importadores de automóviles bajo el T-MEC tendrán la oportunidad de certificar su contenido estadounidense y se implementarán sistemas para que el arancel de 25 por ciento sólo se aplique al valor de su contenido no estadounidense”.
La regla de origen automotriz señala que, para tener derecho a la preferencia arancelaria en el T-MEC, el 75 por ciento del contenido de un vehículo ligero deberá provenir de la región de Norteamérica.
Las autopartes que cumplan con el T-MEC estarán exentas por ahora de los aranceles a las importaciones automotrices, aseguró el subsecretario de prensa principal de la Casa Blanca, Harrison Fields.
“Las autopartes que cumplen con el T-MEC permanecerán libres de aranceles hasta que el secretario de Comercio, en consulta con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), establezcan un proceso para aplicar aranceles a su contenido no estadounidense”, señaló en una publicación en X.
Entrevistado por este reportero, el exjefe negociador del T-MEC por parte de México y socio del despacho AGON, Kenneth Smith, dijo que en la hoja informativa se indica que las autopartes que cumplan con el tratado van a estar excluidas de los aranceles.
Pero lo estarán únicamente hasta que las aduanas de EU desarrollen un sistema para cobrar aranceles a esos productos sobre el contenido que no sea de la región, lo cual “es totalmente violatorio del acuerdo”, afirma el experto.
Explica que, normalmente, si una autoparte cumple con el 75 por ciento de contenido regional, siendo una parte esencial como motor o sistema de suspensión, entra libre de arancel a EU, sin importar el origen del 25 por ciento restante, sea de China, Europa o Sudamérica.
Ahora, EU quiere cobrar un arancel a las autopartes, aunque cumplan con la regla de origen automotriz del T-MEC, por el porcentaje de contenido proveniente fuera de la región.
Además del incremento en los costos del sector y la mayor burocracia aduanera, el exjefe negociador de México para el T-MEC advierte del daño a la competitividad de la industria automotriz en América del Norte.
México se caracteriza por ser una economía exportadora de manufactura.
Del total de las exportaciones mexicanas en 2024 por 617 mil millones de dólares, las de bienes manufacturados representaron 90 por ciento al superar los 554 mil millones.
De éstas, el 35 por ciento fueron exportaciones de productos automotrices, que sumaron casi 194 mil millones de dólares y se dirigieron principalmente a EU.
No es menor el valor de las exportaciones mexicanas de vehículos y autopartes que está expuesto a la imposición de aranceles por parte de Trump a partir del 3 de abril, medida que, literalmente, pondrá un ‘freno de mano’ a las inversiones destinadas al sector automotor.