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Atrapados entre la pandemia y la crisis

El virus SARS-CoV-2 aún tiene margen para expandirse, por lo que la pandemia está lejos de terminar y, más aún, la crisis económica derivada de ella.

El panorama del naciente 2021 pinta muy incierto y retador para México y el mundo, básicamente por el agravamiento de la pandemia.

El año inicia con la persistencia de los contagios de Covid-19 y el consiguiente restablecimiento de las medidas de restricción para contenerlos y disminuir la alta presión hospitalaria.

A eso se suma la multiplicación de casos por la nueva cepa de coronavirus detectada en el Reino Unido, cuya propagación es más rápida que el virus original, lo que derivó en el anuncio de un nuevo confinamiento total en Inglaterra que durará al menos hasta mediados de febrero.

El número de personas fallecidas en el mundo se acerca a 1.9 millones, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, mientras que en México es de casi 129 mil.

Si bien hay optimismo por el desarrollo de las vacunas, como la de Pfizer y BioNTech, la primera en aprobarse ampliamente y que ya empezó a distribuirse en varios países, incluido México, no hay certeza sobre cuánto tiempo tomará la aplicación universal.

En México se han aplicado más de 48 mil 200 vacunas entre personal de salud de la primera línea de combate al virus SARS-CoV-2 en la etapa 1 de la estrategia de vacunación, que prevé aplicar 125 mil dosis.

La meta de cobertura es inmunizar al menos 75 por ciento de la población mexicana de 16 y más años para alcanzar la 'inmunidad de rebaño'.

El proceso de vacunación no está exento de retos, principalmente por la compleja logística para almacenar una vacuna que requiere temperaturas extremas a 70 grados bajo cero, así como una dosis inicial y una de refuerzo 21 días después.

El inicio de las campañas de vacunación ha sido más lento de lo esperado por el requerimiento de ultracongelación –no necesario en la de AstraZeneca y Oxford– y la escasez de suministros de insumos para la producción masiva de las vacunas contra la Covid-19.

Al rezago en los programas de inmunización se agregan los efectos de las nuevas medidas de confinamiento adoptadas en decenas de países y sus ciudades principales, que obstaculizarán la recuperación económica.

En el caso de México, las restricciones de movilidad en Baja California, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato y Morelos, donde el color del semáforo epidemiológico se mantiene en rojo, estarán vigentes en principio hasta el 10 de enero.

El riesgo es que las medidas de restricción, que implican la suspensión de las actividades no esenciales, se prolonguen más tiempo o se extiendan a otras entidades del país ante el repunte en el número de contagios.

Analistas no descartan que la prolongación de las medidas de confinamiento se refleje en un estancamiento o incluso una contracción de la actividad económica de México durante el primer trimestre de 2021.

No es un buen comienzo de año, después de que en 2020 la economía mexicana registró su peor contracción y su mayor recesión en prácticamente nueve décadas.

La recuperación económica será lenta y titubeante, pero estará condicionada, en buena medida, a la evolución del proceso de vacunación en el país.

De eso va a depender que disminuya la curva de contagios de coronavirus e inicie una gradual reapertura de actividades con base en el sistema de semáforo por regiones para evaluar el riesgo epidemiológico.

El inicio del año es un buen momento para recordar que el virus SARS-CoV-2 aún tiene margen para expandirse, por lo que la pandemia está lejos de terminar y, más aún, la crisis económica derivada de ella.

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