Dinero, Fondos y Valores

Del ‘gran encierro’ a la peor crisis en puerta

Es cuestión de tiempo para que la actividad económica en México entre en un proceso de contracción generalizada, si no es que ya lo está.

La crisis epidemiológica se profundiza y su efecto es cada vez más negativo sobre las economías emergentes, entre las cuales la mexicana será la más golpeada y la de más lenta recuperación, según las nuevas perspectivas del Fondo Monetario Internacional.

"La magnitud y rapidez del colapso de la actividad económica (mundial) provocado por la pandemia de Covid-19 no tienen precedente alguno en nuestras vidas", advirtió ayer Gita Gopinath, economista jefe del FMI.

En México siguen publicándose indicadores económicos desfavorables y continúa propagándose el deterioro en las previsiones sobre el comportamiento del PIB en 2020 ante las medidas sanitarias necesarias para mitigar el contagio de la enfermedad, como la cuarentena y el distanciamiento social.

El FMI prevé que la economía mexicana se contraerá 6.6 por ciento en este año, más que en la crisis financiera global de 2009. Apenas en enero esperaba para México un crecimiento de 1.0 por ciento.

El brote de Covid-19 todavía no le pasa factura a la actividad industrial del país, que mantiene una tendencia decreciente, pero ya comenzó a cobrar su cuota sobre la producción del sector automotor.

La producción de vehículos ligeros en México cayó 24.6 por ciento anual en marzo, que se convirtió en el primer mes con afectaciones directas en el ensamble de autos por el coronavirus, que obligó a todas las armadoras a frenar las operaciones en sus plantas.

El 'reversazo' es sin contar que no están comprándose coches nuevos en Estados Unidos, principal destino de los autos armados en México.

La industria automotriz, que está paralizada desde finales de marzo y no reanudará la producción antes del 30 de abril, contribuye con uno de cada cinco empleos en el sector manufacturero.

A propósito de empleo, la semana pasada se anunció que del 13 de marzo al 6 de abril se perdieron 346 mil 878 puestos de trabajo formales.

De ellos, 198 mil 33 empleos se destruyeron del 13 al 31 de marzo y 148 mil 845 se perdieron del 1 al 6 de abril, a causa de los efectos derivados del brote pandémico.

Eso quiere decir que, en menos de un mes, se borraron por completo los 342 mil 77 empleos formales generados en 2019.

Además de lo anterior, México ya experimenta las consecuencias de la caída en los precios internacionales del petróleo y de la reducción del comercio exterior.

En el caso del petróleo, dio un poco de alivio el acuerdo entre la OPEP y sus aliados para recortar la producción en 9.7 millones de barriles durante dos meses a partir de mayo, que pondría fin a la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, donde el gobierno mexicano obtuvo una 'victoria diplomática' al sólo reducir su bombeo en 100 mil barriles, en vez de los 400 mil que le solicitaban.

México logró mantener su posición de un recorte de 100 mil barriles desde una producción de 1.7 millones de barriles, gracias a que el presidente Donald Trump intercedió ante los 'gigantes petroleros'.

Sobre el comercio exterior, las exportaciones de bienes mexicanos sólo crecieron 0.6 por ciento anual en febrero, sin 'efecto' Covid-19 aún.

La intensidad de la crisis se manifestará en una caída del comercio global de hasta 32 por ciento en este año, según estimaciones de la Organización Mundial de Comercio.

Es cuestión de tiempo para que la actividad económica en México entre en un proceso de contracción generalizada, si no es que ya lo está, pero será durante el segundo trimestre del año cuando la caída se agudizará y lo hará con gran rapidez.

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