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El artífice de ‘fundir’ el arancel al acero

Víctor Piz detalla cómo Jesús Seade estuvo muy involucrado en la negociación con el representante comercial y negociador en jefe de EU, Robert Lighthizer y se reunió con la ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland.

La decisión de Estados Unidos de eliminar los aranceles a sus importaciones de acero y aluminio de México y Canadá bajo la Sección 232, quita el mayor obstáculo en el camino para la ratificación del nuevo tratado comercial trilateral, el TMEC.

La reforma laboral de México, que entró en vigor el pasado 2 de mayo luego de su aprobación en el Congreso, es también un incentivo para avanzar en el proceso de aprobación del TMEC.

Con la reforma, nuestro país cumple los compromisos internacionales en materia laboral asumidos por el Estado mexicano en el TMEC y el Convenio 98 de la OIT sobre derechos individuales y colectivos de los trabajadores.

Pero de vuelta al tema comercial, el acuerdo entre EU, México y Canadá sobre los aranceles al acero y aluminio se alcanzó en un plazo corto, después de cinco meses sin una estrategia clara para su eliminación.

Pieza clave en la solución del conflicto por parte del gobierno mexicano fue el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, quien representó a Andrés Manuel López Obrador como presidente electo en el proceso de negociación del TLCAN 2.0.

Hace tres semanas, AMLO anunció que le había pedido a Seade encargarse de las disputas comerciales con EU, incluidos los temas de acero y aluminio, así como de jitomate.

En el caso de los metales, Seade estuvo muy involucrado en la negociación con el representante comercial y negociador en jefe de EU, el embajador Robert Lighthizer.

En las últimas dos semanas tuvieron tres reuniones en Washington y varias comunicaciones telefónicas y por otras vías para llegar a una solución.

La primera opción fue un acuerdo basado en cuotas justas y equitativas, que la industria mexicana aceptaría pagar.

Después pasaron a hablar de cuotas arancelarias, lo que significaría pagar tarifas flexibles, a cambio de exportar más producto a EU.

Lo último que hablaron desde el fin de semana y la semana previos al anuncio del acuerdo el viernes 17 de mayo, fue simplemente levantar los aranceles impuestos por EU bajo la Sección 232 y retirar las represalias de México sobre productos estadounidenses.

Se incluyen ciertas medidas de monitoreo y cumplimiento para evitar la triangulación de producto siderúrgico proveniente de China, Corea, la Unión Europea o Brasil desde México o Canadá.

Con el antecedente de los conflictos que trascendieron durante la negociación del TLCAN 2.0, Seade le pidió a Lighthizer sumar a Canadá antes de finalizar el acuerdo entre EU y México.

Esa es la razón por la que Seade estuvo la semana pasada en Toronto, donde en compañía de la secretaria de Economía, Graciela Márquez, se reunió con la ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland.

Después, Freeland viajó a Washington para reunirse con Lighthizer y sellar el acuerdo entre EU y Canadá.

Con la eliminación de los aranceles impuestos a México y Canadá en acero y aluminio, se abre una ventana de oportunidad para avanzar en la ratificación del TMEC en EU antes del receso legislativo de agosto.

"Esperemos que la ratificación se logre entre junio y julio, lo cual no lo veo imposible en absoluto", dijo Seade.

Otra posibilidad es que se retrase la "parte más dura", que es la Cámara de Representantes, donde pudiera darse la aprobación en julio, lo que forzaría a que la discusión en el Senado se fuera a septiembre.

El reto es dar el paso decisivo en la Cámara baja antes de agosto. ¡Corre tiempo!

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