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El golpe de Tariff Man a México… y EU

La amenaza de aplicarle a México un arancel a todas las exportaciones hacia Estados Unidos claramente es una medida político-electoral.

La intención de Donald Trump de imponer un arancel progresivo a todos los productos importados desde México empezando con 5 por ciento el 10 de junio para llegar a 25 por ciento el 1 de octubre, es un revés a la relación comercial bilateral, que había dado muestras de recomponerse con la decisión de Estados Unidos de levantar el 17 de mayo los aranceles a sus importaciones de acero y aluminio mexicanos y canadienses.

Peor aún, es una violación al TLCAN y un golpe a la viabilidad del TMEC, que literalmente está en la 'cuerda floja' y que, como acuerdo regional, quedaría rebasado al no haber comercio 'limpio' ni libre de aranceles entre México y EU.

Claramente es una medida político-electoral de Trump para presionar al gobierno mexicano a detener la migración ilegal a EU, como amagó antes con imponer un arancel de 25 por ciento a las importaciones de autos armados en México, que el año pasado fueron de casi 93 mil millones de dólares.

En este año México se convirtió por primera vez en el principal socio comercial de EU, con un intercambio entre los dos vecinos de 150 mil millones de dólares en el primer trimestre.

Las disputas comerciales entre China y EU han influido en una mayor participación de México en las importaciones estadounidenses.

Sobre la base de la decisión de Trump de realizar un incremento escalonado del arancel, SAI Derecho & Economía proyectó el valor mensual de las exportaciones mexicanas a EU de junio a diciembre y, de aplicarse las tarifas durante esos siete meses, estima el daño para México en 37 mil 524 millones de dólares.

Si bien el costo lo pagarán los exportadores mexicanos, los más afectados serán los consumidores estadounidenses vía precios más altos de los productos que compren.

Además, se pasa por alto que muchas de las importaciones de mercancías mexicanas incluyen partes o piezas fabricadas en EU, como en el caso de la industria automotriz.

Se estima que por cada dólar que EU importa de México, alrededor de 40 centavos proceden del mercado estadounidense.

Más allá del choque comercial, la moneda mexicana fue la primera en resentir el impacto del anuncio de Trump, pues esta semana el dólar subió a 19.88 pesos, su máximo nivel en el año.

Las previsiones en el mercado anticipan que, a corto plazo, el tipo de cambio puede depreciarse aún más y superar con facilidad los 20 pesos por dólar, si EU impone el arancel a México de 5 por ciento y lo eleva gradualmente.

Por cierto, el 5 por ciento es más gravoso que el arancel consolidado de 2.5 por ciento de la OMC, que pagarían los productos manufacturados en México, incluidos los autos, si EU decidiera salir unilateralmente del TLCAN.

En un escenario de tensiones comerciales, donde el balance de riesgos para la inflación seguirá sesgado al alza, el Banco de México mantendrá un tono restrictivo en las futuras decisiones de política monetaria y, eventualmente, tendrá que subir su tasa de referencia.

La economía mexicana difícilmente crecerá más de 1 por ciento en este año y, probablemente, el escalamiento de los aranceles hasta 25 por ciento conduzca a una recesión, como lo advirtió BBVA Research.

A corto plazo, los efectos sobre la moneda y economía mexicanas serán muy negativos.

A largo plazo, el costo será un daño irremediable a la integración comercial y la competitividad de la región.

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