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Estamos en la parte más empinada del ‘tobogán’

Los efectos de la propagación de la pandemia derivaron en un fuerte y rápido deterioro de la actividad económica y de las previsiones para 2020.

Oficialmente, México acumula más de 97 mil 300 casos confirmados de Covid-19 y supera las 10 mil 600 defunciones.

Somos el decimocuarto país con más casos confirmados y el séptimo con más decesos en el mundo.

En el caso del Valle de México, se esperaba que en la primera semana de mayo se alcanzara el pico de contagios, pero en los días posteriores se registró un exceso de casos respecto a la proyección original.

La curva epidémica siguió avanzando, pese a las medidas de higiene y de distanciamiento social para contener la propagación del virus.

Eso explica en parte que la tasa de letalidad a nivel nacional se haya mantenido en torno a 11 por ciento, una de las más altas del mundo.

El descenso de la curva epidémica de casos nuevos diarios parecía haber iniciado a finales de mayo, cuando estaba por concluir la Jornada Nacional de Sana Distancia. No fue así.

Si bien se han realizado más de 293 mil pruebas diagnósticas de Covid-19, México es uno de los países que menos tests practica por cada cien mil habitantes.

Ese es el contexto en el que llegamos a la 'nueva normalidad' para la reapertura de las actividades económicas, atendiendo el semáforo de riesgo epidemiológico, que continúa en color rojo, nivel de máxima alerta.

El gobierno prevé una reapertura "ordenada, gradual y cauta", después de dos meses o más de inactividad por la emergencia sanitaria generada por el coronavirus.

El reto es evitar posibles rebrotes comunitarios cuando se retome la actividad económica, pues obligarían a nuevos confinamientos.

Además, un rebrote de Covid-19 profundizaría tanto la crisis de salud como la económica.

Por una parte, pondría en riesgo la vida de cientos o miles de personas y agregaría presión a la capacidad de la infraestructura hospitalaria.

Por otra, tendría mayores costos económicos y sociales, además de que propiciaría una recuperación más lenta de la economía.

Los efectos de la propagación de la pandemia derivaron en un fuerte y rápido deterioro de la actividad económica y de las previsiones para 2020.

El grado de deterioro es atribuible a la incertidumbre sobre la duración y profundidad de la crisis, como lo apuntó el Banco de México en su reciente Informe Trimestral.

Banxico presenta diferentes escenarios, donde el más pesimista anticipa que en este año la economía mexicana se desplomará más de 8.0 por ciento y que la recuperación podría iniciar hasta 2022.

Los pronósticos de analistas privados sobre la evolución del PIB en 2020 siguen revisándose a la baja y, en algunos casos, apuntan a una contracción de doble dígito.

La encuesta que levantó el propio Banxico a finales de mayo proyecta una caída de nuestra economía de 8.0 por ciento, que no tiene precedente.

Es de tal tamaño la incertidumbre que hay una amplia dispersión en los escenarios, que van desde un declive de 6.0 por ciento hasta uno de 12 por ciento.

Lo más sombrío del panorama es que el consenso de analistas prevé decrecimientos del PIB en todos los trimestres de este año y aún en el primero de 2021.

El tramo más empinado del 'tobogán' en que se halla la economía es justo este trimestre, para el que se estima un derrumbe de 14 por ciento anual.

De acuerdo con sus expectativas, habrá crecimiento económico hasta el segundo trimestre del próximo año.

Todo dependerá de que la reapertura de actividades en la economía no se vea descarrilada por nuevos brotes.

Pronto se sabrá si México estaba preparado o no para llegar a la 'nueva normalidad'.

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