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Los costos de ‘salvar’ a Pemex

Piz dice que las medidas de apoyo recién anunciadas y las que se requieran, pueden contribuir a mejorar el balance de Pemex, pero a un alto costo fiscal.

La producción de petróleo crudo por parte de Petróleos Mexicanos sigue en picada.

Los datos de la petrolera revelan que, en los 12 meses de 2018, el promedio de la producción de crudo fue de un millón 813 mil barriles.

Además de que se ubicó por debajo de la meta de producción prevista por Pemex y de lo proyectado en su Plan de Negocios, cayó 6.9 por ciento frente a la del año anterior.

Noviembre fue el peor mes de 2018, al reportar una producción petrolera de un millón 697 mil barriles, la más baja desde que hay cifras disponibles a partir de enero de 1990.

Esa es la razón por la que se tuvo que importar petróleo crudo ligero Bakken de Estados Unidos para refinar entre noviembre y diciembre.

La sorpresa es que, en enero de 2019, la producción de petróleo crudo fue de sólo un millón 623 mil barriles diarios.

Comparada con la de igual mes del año pasado, se redujo 15 por ciento.

Pemex está lejos de estabilizar su producción petrolera y, menos aún, el nivel de reservas.

El deterioro financiero y operativo de la empresa es motivo de preocupación, como lo han advertido las calificadoras.

En particular, hay preocupaciones sobre el modelo de negocios de Pemex en la 4T, más enfocado a la refinación que a la exploración y extracción de petróleo.

A finales de enero, Fitch Ratings recortó la calificación de Pemex a BBB– desde BBB+ con perspectiva negativa.

Si bien el ajuste ya era anticipado por el mercado, hay riesgo de un recorte adicional de la calificación, con lo que en automático la petrolera perdería el grado de inversión.

Para Fitch, las medidas de apoyo a Pemex anunciadas el 15 de febrero por el gobierno federal son insuficientes para prevenir el deterioro en la calidad crediticia de la empresa.

Son insuficientes también para detener la caída en la producción de petróleo y en el nivel de reservas.

Una de las metas del plan es estabilizar la producción y que, para 2024, alcance dos millones 480 mil barriles diarios.

La apuesta es recuperar en los próximos seis años la producción que se perdió en los pasados seis.

De acuerdo con Moody's Investors Service, el "decepcionante" plan de apoyo a Pemex pone en riesgo la calificación crediticia de México (A3 con perspectiva estable).

Advirtió que será más complejo cumplir con los objetivos establecidos en el Presupuesto de 2019, tras la reducción de la carga fiscal y la inyección de recursos a la petrolera.

Se refiere a las metas de obtener un superávit primario de 1 por ciento y mantener constante la deuda como proporción del PIB.

Moody's señaló que en el futuro podría ser necesario más apoyo a Pemex por parte del gobierno, lo que pondría en riesgo el perfil crediticio del país.

La fragilidad financiera de la petrolera también está en el radar del Banco de México, según la minuta sobre su más reciente decisión de política monetaria.

La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno apuntó que un deterioro adicional en la calificación de la empresa "podría impactar el costo financiero del gobierno".

Uno de ellos advirtió que "un acrecentamiento de las dificultades de Pemex tendría consecuencias importantes para las finanzas públicas y, en general, para la economía del país".

Las medidas de apoyo anunciadas a mediados de febrero, así como las adicionales que se requieran, pueden contribuir a mejorar el balance de Pemex, pero a un alto costo fiscal.

Además, no son suficientes para contener la caída de la producción petrolera, que parece estar en un barril sin fondo.

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