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México pierde casi 10 años de crecimiento

En el periodo abril-junio la actividad económica registró una fuerte contracción trimestral desestacionalizada de 17.3 por ciento o una anual de 18.9 por ciento con cifras originales.

La estimación oportuna del PIB trimestral de México, aunque la información del Inegi es preliminar, no sorprende porque salió en línea con lo esperado, ni modifica las expectativas para el resto del año.

En el periodo abril-junio la actividad económica del país registró una fuerte contracción trimestral desestacionalizada de 17.3 por ciento o una anual de 18.9 por ciento con cifras originales.

El presidente del Inegi, Julio Santaella, corroboró que la fuerte contracción tanto trimestral como anual del PIB "es la mayor en la historia de este indicador y supera con creces" las caídas registradas en las crisis de 1995 y 2009.

No sólo eso, sino que con el severo retroceso del PIB, el valor de la producción de México se encuentra en niveles no vistos desde 2011, lo que significa perder casi 10 años de crecimiento.

El periodo abril-junio fue el trimestre de la contingencia sanitaria por la epidemia de Covid-19, que paralizó la actividad en muchos sectores.

Así lo reflejó el desplome tanto de la producción industrial como la de los servicios y, en menor medida, del sector agropecuario.

Lo grave es que la profunda caída de 26 por ciento anual en la actividad industrial la llevó a ubicarse en su nivel más bajo desde 1996, lo que implica una regresión de 24 años, prácticamente una generación.

Aunque con cifras originales se ligaron cinco trimestres consecutivos con decrecimiento del PIB, está por demás decir que la economía mexicana se hallaba en recesión desde antes de la pandemia.

Las cifras del PIB para el segundo trimestre del año se actualizarán el 26 de agosto, cuando se tengan los datos de junio, mes en el que algunos indicadores registraron una menor contracción anual o incluso un crecimiento mensual, como las exportaciones no petroleras, particularmente automotrices.

En abril, primer mes completo de confinamiento en el país, el Indicador Global de la Actividad Económica se hundió 17.3 por ciento respecto a marzo, pero en mayo sólo disminuyó 2.6 por ciento mensual.

Fue el bimestre en el que nuestra economía resintió el mayor impacto de las medidas de distanciamiento social.

De acuerdo con Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, "si tomamos las cifras del IGAE de abril y mayo y las empatamos con la caída del PIB del trimestre, resulta que (en) junio creció 8.6 por ciento" respecto al mes previo.

Heath publicó en Twitter que "las cifras del PIB de hoy (ayer) confirman que tocamos fondo en mayo y que empieza la recuperación. Sin embargo, apunta hacia una recuperación difícil y prolongada, que no significa que ya terminó la crisis".

En el mismo sentido, el presidente López Obrador dijo que "ya esperábamos estos datos, porque se está midiendo abril, mayo y junio, que son los tres meses peores".

En su conferencia matutina, AMLO apuntó que "la pandemia comienza a afectar en marzo, ya nos afectó en el primer trimestre, se cayó la economía, pero se tocó fondo en abril y mayo".

Si bien la actividad económica en México habría mostrado cierta mejoría en junio, es poco prudente esperar una recuperación relativamente rápida, básicamente porque no ha concluido la contingencia sanitaria.

La pandemia de Covid-19 sigue imparable por el mundo con nuevos brotes de contagio en pleno desconfinamiento.

Por lo pronto, la estimación oportuna del PIB trimestral es consistente con las expectativas de una contracción de la economía mexicana cercana a dos dígitos en este año, que será la más profunda por lo menos desde la posguerra.

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