Visión

El futuro del gas en México

El Gobierno debería de pensar en compartir el riesgo de operación y sus costos con empresas privadas, escribe Emily Medina.

El gas natural juega un rol muy importante para el futuro económico, social y ambiental en México. Por ello, es importante que el Gobierno tenga una estrategia bien definida para aprovechar los recursos que existen en el país aportándole el mayor beneficio posible a los mexicanos.

El Proyecto Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2021 de la Secretaría de Hacienda tiene programado asignar a Pemex 544 mil 598 millones de pesos. Pemex y CFE representan el 21.9 por ciento del total del gasto neto programable para el ejercicio fiscal 2021. Con ello, se confirma, una vez más, que la prioridad de este Gobierno es lograr "autosuficiencia energética". Las metas de producción de Pemex en el Paquete Económico 2021 son incrementar la producción de petróleo y gas natural a 1.94 millones de barriles diarios y 5 mil 623 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) respectivamente. Mientras que la proyección de demanda nacional de acuerdo con Cenegas es de 14 mil 500 MMpcd para el 2024.

Dada la vulnerabilidad económica que tiene Pemex, por tener una deuda de aproximadamente 105 mil millones de dólares y haber sido degradada en calificación crediticia por Moody's y Fitch como bono basura, difícilmente va a poder contar con la liquidez suficiente para alcanzar sus metas de producción de gas natural que ha promediado 2 mil 502 MMpcd este año.

Es por ello que el Gobierno debería de pensar en compartir el riesgo de operación y sus costos con empresas privadas facilitando su participación y siendo un aliado, para de esta manera lograr reducir la dependencia de importaciones de gas y tener mayor producción nacional sin empobrecer al país.

Dado que los proyectos de energía son de largo plazo, empresas privadas petroleras internacionales y mexicanas ven a México como un mercado atractivo para invertir en materia energética por su abundancia en recursos y creciente demanda. Si el Gobierno realmente tiene la intención de que el sector energético sea la palanca de desarrollo del país, debería de propiciar un ambiente de certidumbre y colaboración hacia el sector privado para así transitar hacia un modelo con mayor seguridad energética.

En una conversación con Warren Levy, CEO de Jaguar Exploración y Producción, empresa mexicana que obtuvo la adjudicación de 11 contratos para E&P de hidrocarburos en campos terrestres, mencionó: "Definitivamente es mejor para el país si podemos empezar a desplazar la importación de gas de Estados Unidos con la producción nacional. Si sumas la posibilidad del desplazamiento de la producción de EU y el crecimiento de la demanda se puede fácilmente duplicar la producción de gas de México y todavía tener espacio para crecer".

A pesar de que México cuenta con abundantes reservas de gas natural, debido a una caída en su producción en los últimos 10 años, el país importa el 70 por ciento del gas natural que consume de Estados Unidos. El contraste en la producción entre EU y México se debe entre otros factores a la actividad física entre ambos países. En EU se han perforado 4 millones de pozos petroleros mientras que en México se han perforado apenas 32 mil (menos que el 1 por ciento que en EU). Si bien existen enormes ventajas de poder suministrar al país con gas proveniente de EU, México tiene la oportunidad de contar con grandes reservas de gas natural y debería de aprovecharlas de manera responsable, utilizando las mejores prácticas internacionales para fortalecer su economía.

EU ofrece uno de los precios más competitivos de gas natural en el mundo; sin embargo, existe la posibilidad de que México pueda competir en precios de gas si eficientiza sus operaciones y crea ventajas competitivas a lo largo de la cadena de valor. Al producir gas dentro de México alrededor del 85 por ciento de su precio de compra se queda en México.

Abrir alternativas para incrementar la producción de gas natural, a través de asociaciones con Pemex y la reanudación de rondas, así como profundizar la cooperación y comunicación entre el Gobierno y el sector privado para el desarrollo eficiente de proyectos, abrirán la posibilidad de que México pueda incrementar su producción de gas natural y dejar una derrama económica importante en el país.

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