El arte del retrato se remonta a las culturas primigenias, al antigüo Egipto, pasando por los Romanos, Griegos y alcanzando una de sus cumbres durante y después del Renacimiento. Con sus diversos acercamientos y escuelas de pintura, los artistas del retrato capturaban además del rostro de la persona, elementos sobre su personalidad ya fuera en una mirada, en una posición y hasta en los detalles que acompañaban el retrato.
Esas líneas, trazos, colores y texturas que vemos en un lienzo fueron trasladados por Abraham Barrera a la partitura y en complicidad con Aarón Cruz plasmó, con notas y silencios, Retratos Sonoros, un disco con 16 temas que como bien apunta Abraham, es muy distinto a lo que venía realizando en su ya vasta producción discográfica.
Nuevamente la pandemia ─con la que ya llevamos dos años─ fue, en parte, la responsable de este proyecto de Abraham, uno de los más personales que ha realizado. Su amistad y colaboración musical de muchos años con Aarón Cruz, así como las ganas de hacer un disco a dueto con él a piano y contrabajo, lo llevó a componer Aún, tema inspirado en Aarón y punto de partida para continuar retratando a amigos y familiares: su esposa, el productor Fernando de Santiago, Iraida Noriega o Arcadio Hernández, el ingeniero de grabación del disco, son algunos de los 16 retratos que Abraham compuso e interpretó con Aarón.
Escuchar Retratos Sonoros es de alguna manera formar parte de la amistad entre Abraham y Aarón, de ser partícipes de esa intimidad que se logra cuando solo tienes dos instrumentos llenando el espacio. El registro de esa interacción entre ambos, “la respiración entre el piano y el contrabajo”, que era importante que quedara plasmado para Abraham, está presente en cada momento del disco. Cada uno en su tiempo y espacio, pero a la vez como lo describe Aarón con “esa posibilidad de fundirnos en un sonido y de que se logre transmitir el retrato sonoro”.
Hubo un tiempo en que el retrato era por encargo y para ello el artista no requería conocer a detalle al personaje retratado. No obstante, el reto de dibujar musicalmente a una persona conlleva muchos más desafíos. Bien dice Abraham, la música tiene muchos recursos para transmitir emociones, “pero el factor más importante y el sazonador es la amistad y lo compenetrado que estés con la persona, ahí es en donde aflora el sentimiento y ya llevarlo a la música es lo maravilloso de los encuentros y de los discos a dueto”.
Editado por Urtext, Retratos Sonoros, es además una declaración de amistad y amor por parte de Abraham y Aarón. Sumado a los 16 retratos ─cuyos retratados se han identificado con sus temas─, el disco además contiene un texto de Aarón y la portada del disco es una fotografía tomada por el propio Aarón de dos grandes músicos y amigos: Enrique Nery y Jorge Martínez Zapata. En la imagen, en blanco y negro, se ve la espalda de los maestros que van caminando y Martínez Zapata abraza a Nery.
Así como Rayuela de Julio Cortazar, Retratos Sonoros de Abraham Barrera y Aarón Cruz, se nos presenta con dos lecturas en su escucha. Por un lado, si conoce a los personajes retratados tendrá la oportunidad de identificar el retrato musical; pero si por el contrario no conoce a ninguno, no se preocupe, aún así disfrutará de 16 magníficos temas, que exploran por obvias razones sonoridades distintas, que van de la música clásica al jazz pasando por la música tradicional mexicana.