La crisis del sargazo que afecta las costas de Quintana Roo ha traído más que solo "dolores de cabeza" a la sociedad de ese estado, y algunos han aprovechado su llegada para hacer algo a su favor.
"El problema del sargazo no debemos dejarlo únicamente al gobierno. Se trata de un fenómeno derivado de la afectación al planeta y todos, de una u otra forma, hemos contribuido a ésta. Hay que colaborar y formar parte de un círculo virtuoso, que empiece con la limpieza de las playas, la generación de empleos en esa tarea y en el aprovechamiento del alga que, en mi caso, empleo en la producción de bloques para construir casas", manifestó Omar Vázquez Sánchez.
Vázquez Sánchez, quien primero usó sargazo para producir composta y luego para fabricar bloques para la construcción, ya edificó casas con bloques hechos con el alga en Puerto Morelos y en Leona Vicario.
"El mar nos está diciendo que todos, como seres humanos, hemos contribuido a la afectación del planeta. Todos se alarman, pero pocos hacen algo. Yo he tratado de verle el lado bueno, de aportar algo y usarlo".
La primera casa con bloques de sargazo, "Casa Angelita", se levantó en el vivero de Vázquez en Puerto Morelos.
"Hoy estoy por donar la segunda casa con bloques de sargazo y ya tengo la primera fábrica en Mahahual, donde ya se tiene un stock de más de 100 mil bloques listos para ser usados", agregó.
Sobre las razones por las que se decidió a instalarse en Mahahual, dijo que de la playa a la fábrica hay un kilómetro de distancia, lo que abarata su transportación, y desde ese lugar se pueden atender pedidos de Tabasco, Campeche y Chiapas.
Explicó que una casa de interés social, de ocho por cinco metros, requiere 2 mil 150 ladrillos.
"Una constructora muy fuerte de Tulum fue la primera que me dio la oportunidad. Va a emplear nuestros bloques en muros perimetrales, 'temazcales' y otras áreas. Ahorita tengo un pedido de 600 mil", reveló.
La fábrica comenzó a trabajar de manera artesanal, los primeros 100 bloques que se hicieron fueron realizados manualmente, con un promedio de mil diarios hechos entre seis personas. Ahora cuentan con una máquina que les ayuda en el trabajo.