Cada día, la planta procesadora de Tere Cazola, en el norte de Mérida, produce unas 5 toneladas de pasteles, galletas, bizcochos, panes y sus célebres roscas brioche, las más consumidas por sus clientes.
Actualmente, la empresa está en planes de expansión aunque para ello, la empresa tiene que superar un obstáculo: en este momento están muy cerca del tope de su capacidad.
"En este momento, nos comió más rápido la demanda que la oferta, entonces nosotros ya estamos saturados en el tema del proceso productivo, ¿en qué aspecto? Estamos muy a tope de nuestra capacidad de producción, muy cerca de llegar a nuestro límite", afirma Raúl Barceló, director adjunto e hijo de Tere Cazola, la fundadora de la empresa de repostería fina yucateca.
Por ello, a más tardar el próximo año, la empresa sumará una segunda unidad para abastecer sus 52 puntos de venta en el sureste del país, en los tres estados de la Península de Yucatán y Tabasco.
"En este momento estamos haciendo un proyecto de una nueva planta para poder tener mayor capacidad y mejor capacidad de respuesta.
"Ya está, yo calculo que el próximo año más tardar ya debería estar abriéndose, va a estar en Umán, en la zona metropolitana (de Mérida)", comenta.