En Mérida y su zona metropolitana vive más de la mitad de la población de Yucatán. Un millón 79 mil personas que, en apenas el 3.52 por ciento del territorio estatal, diariamente tienen que moverse a lo largo y ancho de la 'ciudad blanca' para llegar a sus escuelas o trabajos.
Moverse de las zonas que habitan -principalmente al sur, sur oriente y sur poniente- hacia el norte, donde está la mayoría de los lugares de trabajo, influye en sus bolsillos representando un gasto superior al que realizan en salud, educación o vivienda.
Silvia Chi Cervera, urbanista y docente de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), plantea que el gasto que representa para una familia de bajos recursos acudir al médico o una institución de salud, muchas veces propicia que se busque ayuda en opciones no tan seguras como las consultas en farmacias o particulares.
"La condición de vulnerabilidad económica, trabajo, educación, salud hacen que el 20 por ciento del salario de una familia se dedique a la movilidad en Yucatán".
El dato fue avalado por el Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano y Territorial, cuyo titular Aref Karam, dijo que la erogación de este porcentaje afecta más aspectos en una familia promedio.
"Se gasta más en transporte público que juntos en salud, en educación, en vivienda, en vestido y en calzado".
Chi Cervera está segura que el problema de la movilidad en Mérida viene desde la misma planeación de esta, en la que se ha dado prioridad a ciertos sectores y aislado a otros.
"Las zonas son homogéneas, las distancias son largas, las zonas de vivienda deben ser mixtas, sería mucho más sencillo hacer una planeación y se resolvería el problema con la separación de usos de suelo", dice la también activista del tema de movilidad.
Las distancias entre los puntos donde las personas de menores recursos viven y sus lugares de trabajo, propicia que sean los que tienen los salarios más ajustados los que gasten en llegar a sus empleos.
En su "Plan maestro para la movilidad urbana sustentable", el Ayuntamiento de Mérida acepta que las condiciones en las que se encuentra la movilidad y accesibilidad "influyen en la competitividad urbana, en la calidad de vida de las personas y en el desarrollo sustentable".
"Ya está complicando que las personas que van a tener salarios muy 'justos' van a tener que hacer un movimiento desde el sur, oriente o poniente para poder llegar a trabajar al norte y de entrada eso ya generó una desigualdad".
Al construirse los centros de entretenimiento como plazas, cines, malls o restaurantes cerca de la vivienda de personas que tienen los recursos para disfrutarlos, se obliga a trabajadores y trabajadoras a buscar opciones cómo comprar motocicletas o bien pagar servicios de traslado como Uber o Didi, lo que causa un problema económico que impacta otras aspectos de su vida.
"Las complicaciones que surgen de la vida cotidiana, porque el transporte público no es suficiente, las sufren quienes menos condiciones tienen para enfrentarlas", apuntó la docente de la UADY.
De acuerdo con el estudio realizado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en 2018, los estados designaron el 19 por ciento del gasto público federal para proyectos de movilidad sustentable, con un monto total de 8 mil 263 millones 19 mil 493.29 pesos, con un promedio de 67.80 pesos por habitante. Yucatán sólo aportó 12.91 pesos por habitante.
Mientras tanto el Ayuntamiento de Mérida plantea en el Plan Maestro de Movilidad Urbana Sustentable que la solución propuesta en el mismo es "un Plan de Movilidad con visión integradora, profesional, realizable, innovadora y de largo plazo, generado con la participación de decenas de organizaciones de la sociedad y ciudadanos".
En tanto los planes se transforman en acciones concretas, la ciudad sigue creciendo y demandando una movilidad urbana eficiente.