CANNES, Francia.- Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, es un autorretrato de precisión rara e intimidad cálida.
La cinta es protagonizada por Antonio Banderas como Salvador Mallo, un cineasta famoso afectado por los achaques de la edad que vive en Madrid en un apartamento recreado como el del propio Almodóvar, con todo y los libros y los cuadros en las repisas y las paredes.
Dolor y gloria alterna entre el presente de Mallo y su infancia (Penélope Cruz interpreta a la madre del joven Salvador) en un drama profundamente personal que entreteje hilos de la vida de Almodóvar. Ha sido celebrada como una obra maestra tardía para el director español de 69 años y como una posible favorita para recibir la Palma de Oro de Cannes, que se entrega el sábado.
En una entrevista en un bar-azotea en Cannes, Almodóvar charló -en una combinación de inglés y español - sobre la memoria, el dolor y su gloriosa nueva película.
_Dolor y gloria está llena de reflexiones de un cineasta que mira su vida y su obra en retrospectiva. ¿Se ha sentido nostálgico?
Fue sólo con La mala educación que, a la edad de 50 años, miré por primera vez hacia atrás y me llegaron esos recuerdos de mis años de estudiante. Conté el peor recuerdo de mi infancia. El mejor recuerdo de mi infancia fue Volver. Esta película es sobre otros recuerdos y mi presente, la manera en que vivo y trabajo. Pero siento que con estas tres películas ahora he agotado los recuerdos de mi propia vida. He dicho suficiente. (Para) mi próxima película, tengo una idea. No estoy seguro de lo que será, pero debo dejar mi vida de lado.
_El personaje de Banderas, Salvador, dice que no puede vivir si no está filmando. Imagino que eso también le ocurre a usted.
Sí, es algo que me persigue. No soy Salvador, pero el temor de no hacer otra película es algo que sí experimento. No se trata sólo de la fuerza física y la preparación. Desde luego es un trabajo muy físico filmar una película. En algún momento de mi vida eso era lo que me daba miedo, pero también está el deseo y la pasión que uno siente por una historia antes de hacer una película sobre ella. Siempre me da miedo perder esa pasión. Es exactamente como cuando estás enamorado de alguien y te da miedo perder ese sentimiento.
_¿Esa preocupación física es por su espalda?
Sí, después de la cirugía en mi espalda. La primera película después fue Juileta y fue muy importante hacerla. No estaba seguro de que podría. Nunca estuve de pie más de media hora. Al hacer Julieta descubrí la solución. La solución es hacer siempre una nueva película. Cuando estoy filmando, no estoy consciente del dolor.
_Esta es la sexta vez que compite en Cannes, pero nunca ha ganado la Palma de Oro. ¿Qué significaría para usted recibir este premio?
Por supuesto que sería maravilloso si me la dieran, pero tampoco es una tragedia si no lo hacen. Y esa es una gran posibilidad. Si mi película es bien recibida en el Grand Palais, no significa que la Palma de Oro es para uno, porque eso depende de nueve personas que son parte del jurado. Si llega será muy bienvenida. Pero si no, soy lo suficientemente viejo como para seguir adelante sin eso.
_Usted ha sido un defensor apasionado de la experiencia cinematográfica. ¿Le preocupa el futuro de la gran pantalla?
Sí, me preocupa mucho. Soy español y vivo en España, y cada año en España más de cien pantallas desaparecen. Ese es un hecho y también es un hecho que a la gente española realmente no le importa. Al público le gustan las series, las plataformas (de streaming) y la posibilidad de ver algo de inmediato. Afortunadamente Francia es un país diferente. Francia es el defensor más grande de la gran pantalla y creo que es la industria francesa la que dará la batalla contra las plataformas de streaming.
_En Cannes, usted ha dicho que no está en contra de Netflix.
No soy hostil con las plataformas; sé que están enriqueciendo la ficción. Le dan trabajo a gente en todo el mundo, así que su existencia es algo bueno. Pero lo que deseo como espectador y director es una coexistencia de todas esas maneras de conectar con las películas. No debemos olvidar que el cine se fue inventado para la pantalla grande, fue inventado para ser una experiencia comunal en un teatro, así que tiene que sobrevivir. Como escribió alguna vez Susan Sontag, para ser atrapado por una historia tienes que estar en una sala oscura rodeado de desconocidos.
_Dolor y gloria hace referencia no sólo a sus propias películas, sino a muchas otras. Hay una mención a Splendor in the Grass (Esplendor en la hierba).
La menciono en la película porque recuerdo muy bien cuando la vi de niño. A pesar de que mi vida era diferente a la vida de Natalie Wood, Warren Beatty y Barbara Loden, me sentí muy cerca de eso. La película habla de vivir en un lugar pequeño, en una comunidad pequeña, donde la gente no puede ser libre o expresar sus sentimientos. Dormí mucho con el personaje de Natalie Wood.
_¿Le provocó alguna sensación de catarsis completar esta trilogía basada en sus memorias?
Al principio me parecía un poco aterrador. Sentía vértigo de contar mi propia historia de esta manera. Pero una vez que superé esta primera impresión, simplemente me distancié como (si fuera) ficción y seguí escribiendo como cualquier otro guion. Cuando estaba filmando era un director filmando una película. Olvidé completamente que se trataba de mi casa, de mis pinturas, de mí mismo. Al final, cuando la película se editó, me di cuenta que había consuelo en hacerla. No he hecho ninguna de mis 21 películas por razones terapéuticas. Si uno tiene un problema, hacer una película no lo resolverá. Pero una película puede ser la mejor solución para tu vida, y ese es el caso para esta cinta en mi vida ahora.