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Quinto capítulo: lágrimas de un Lannister

#SpoilerAlert Cersei inicia el penúltimo capítulo de la serie con todo a su favor. Daenerys, su rival por la corona, está en las puertas de la capital con las ‘migajas’ de lo que alguna vez llegó a ser un ejército temible.

"En el juego de tronos ganas o mueres, no hay punto medio", decía Cersei a Ned Stark en uno de los últimos capítulos de la primera temporada de Game of Thrones. Y quizás no ha existido un mejor personaje que represente esa filosofía que la reina Lannister.

Cersei se fue abriendo camino hacia el trono, primero como esposa de un rey, luego como madre de dos y finalmente como reina. A su paso no le importó perder hijos, aliados o amantes, o bien, ceder a los deseos de Euron Greyjoy o utilizar a los habitantes de Desembarco del Rey como un gran escudo humano. La meta es conservar el Trono de Hierro a toda costa.

Cersei inicia el penúltimo capítulo de la serie con todo a su favor. Daenerys, su rival por la corona, está en las puertas de la capital con las 'migajas' de lo que alguna vez llegó a ser un ejército temible y con solo un dragón que es vulnerable a las ballestas de la ciudad.

'La Araña' abre la escena escribiendo una carta en la que se puede leer "el verdadero heredero del Trono de Hierro", y que envía (a un destino desconocido) con una niña.

"Entre mayor el riesgo, mayor la recompensa" le dice. Varys tomó la decisión de proteger al reino y, con ello, traicionar a la Madre de Dragones quien se entera de esto por Tyrion.

Daenerys confirma el temor de que Jon le dijo la verdad a sus hermanas y que ahora más personas saben su secreto: ella no es la heredera legítima al trono que siempre ha anhelado.

Varys sabe el destino que le espera. El 'maestro de los murmullos' camina escoltado por Gusano Gris a la playa de Rocadragón donde Jon y Tyrion observan cómo Daenerys cumple la promesa que le hizo a 'La Araña' en la séptima temporada: "si me traicionas, te quemaré vivo".

La Madre de Dragones lo ha decidido. Mostrará su piedad a la ciudad… liberando a las futuras generaciones de Desembarco del Rey al atacar la ciudad con los Inmaculados y Drogon. Tyrion le pide reconsiderar el asedio ante la posibilidad de que miles de inocentes mueran, pero Daenerys rechaza su consejo y le lanza una última advertencia.

"La próxima vez que me falles será la última vez que me falles", dice.

Tyrion no se rinde en su objetivo de evitar una masacre en Desembarco de Rey y para ello liberar a Jaime, quien había sido detenido por las tropas de la Madre de Dragones.

El plan es que convenza a Cersei de huir de la capital y escapar a Pentos con ayuda de Ser Davos. Si acepta, la señal que tiene que dar es que las campanas de la capital suenen y las puertas se abran.

Las tropas de ambos bandos se empiezan a organizar y entre la multitud que corre por las calles de Desembarco del Rey para buscar refugio se desplazan Arya y el Perro, quienes tienen sus propios planes para la reina: si logran matarla primero, no habrá necesidad de un asedio.

La batalla comienza y es Drogon junto con Daenerys quienes atacan por sorpresa a la Flota de Hierro y la aniquilan para luego continuar con los escorpiones de la ciudad, cuyos soldados no son lo suficientemente rápidos para recargarlos.

Drogon destruye una de las puertas principales y da entrada al ejército norteño, los Inmaculados y lo poco que queda de los dothraki, quienes superan fácilmente a la Compañía Dorada.

Arya y el Perro se adentran en las ruinas del castillo donde el menor de los Clegane se encuentra cara a cara con su hermano, en el encuentro que muchos fans de la serie han denominado el Clegane Bowl.

El ejército Lannister se rinde ante lo que es una derrota inevitable. "¡Díganle a la reina que toque las campanas!", gritan los habitantes de la ciudad antes de que una masacre se desate. Son momentos tensos hasta que el sonido de las campanas aparece.

La guerra ha terminado, el asedio llega a su fin… Pero, la rendición no para la masacre: Daenerys alza el vuelo una vez más con Drogon para dejar la ciudad en nada más que cenizas.

Los Inmaculados reciben la señal y atacan a las tropas de la Reina Cersei, que segundos antes habían tirado sus espadas al piso. Jon Snow da la orden a los norteños que no se unan al baño de sangre que sigue después.

Los habitantes indefensos de la ciudad son degollados por los Inmaculados y los Dothraki y otros mueren envueltos en las llamas del hijo mayor de la Madre de Dragones.

Desembarco del Rey se ha convertido en un infierno de sangre.

En otro lugar de la Fortaleza Roja, Cersei, abandonada y derrotada, se encuentra con un Jaime quien está gravemente herido después de haber peleado con Euron.

Ambos logran seguir el plan que Tyrion trazó para ellos: escapar a las catacumbas de la Fortaleza Roja para encontrarse con Davos, pero cuando llegan al lugar se dan cuenta que su salida a la bahía está bloqueada por los escombros.

"No me dejes morir, Jaime, no quiero morir, no así", ruega Cersei. "Solo mírame, nada mas importa", le dice su amante antes de ser aplastados por las ruinas del castillo.

Arya despierta de entre las ruinas de la que antes fuera la más grande ciudad de los Siete Reinos. De la Fortaleza Roja solo quedan edificios hechos cenizas. Entre el caos, la 'heroína de Invernalia' encuentra un caballo y escapa de la ciudad.

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