La música de caramelo, esa que se consume y se deshecha rápidamente quizá siempre ha existido a la par de quienes se esfuerzan por ofrecer un concepto; pero hoy más que nunca los artistas buscan alcanzar rápidamente el éxito, sin importar mucho el fondo y si hay algo a lo que rehúye Diego Solórzano con Rey Pila es precisamente a esa intrascendencia.
De muchos es sabido que Solórzano alcanzó cierto éxito con Los Dynamite y que las diferencias creativas llevaron al fin de aquella banda. Pero eso ya quedó en el pasado. Diego ha sabido llevar sus proyectos hacia otros paraderos, incluso mucho más honestos y con un espíritu de aventura que pocos músicos mexicanos consiguen.
"No entiendo muy bien lo que está pasando en la industria, pero también no lo entiendo porque decidí alejarme un poco de tratar de entender un movimiento que es como la modernización", comenta, "entre más ha pasado esto yo estoy como que regresando más hacia cosas que me gustaban más a mí. Siendo honesto conmigo mismo y los discos completos que me gusta escuchar".
Hallar un disco de Guns N' Roses
A Diego Solórzano, Rodrigo Blanco, Andrés Velasco y Miguel Hernández, los integrantes de Rey Pila, los une el gusto por álbumes en su concepción total. No es casualidad que uno de los trabajos que marcó la infancia de Diego sea el Appetite for Destruction (1987) de Guns N' Roses y que en este Vive Latino coincidan en el cartel.
"Me acuerdo que entraba a las tiendas de discos y si una portada me gustaba, como no tenemos la misma información que tenemos hoy de las bandas, ni siquiera de cómo son las bandas físicamente. Ese misticismo como que siento que le daba mucho color a la música en ese entonces.
"Vi la portada de la cruz, que salen ellos cinco como caricaturas y ya luego cuando lo escuchabas ibas descubriendo como con tu imaginación junto con el disco todo lo que es", recuerda Solórzano, "es un proceso similar al de la lectura, cuando lees un libro te vas imaginando las cosas. Lo mismo me pasó con Guns 'N Roses, no sabía bien de lo que estaban cantando. Eran como malos, pero al mismo tiempo tenían baladas como 'Sweet Child o' Mine' y el sonido de la guitarra. Ya luego los vi físicamente y dije de aquí soy".
Diego cuestiona su entorno, cuestiona el propio festival y se pregunta por qué sigue llamándose Vive Latino: "No sé, el termino latino es como muy amplio. Porque podría ser que una banda italiana también cuente como banda latina. No sé cuál sea el concepto del festival ya, pero toca Guns 'N Roses y eso es muy importante para nosotros".
Música que consumes y tiras
Puede que esta caramelización de la música tenga que ver con las necesidades de la industria, pero igual con las intenciones del artista y la autocomplacencia.
"La mayoría de la música el día de hoy es como un chicle que te lo comes y lo tiras: haz esta rola y ya se acabó y haz esta rola y ya se acabó", asegura, "Harry Styles como que tiene buenas rolas, pero en su mayoría son productos de estos como con envoltorios y te lo comes y lo tiras.
"Si le gustas a los demás vas a tener más popularidad y no sé qué. Cuando yo pienso que justo lo que nosotros podemos hacer que está chingón es hacer lo nuestro, decir lo que nosotros queremos y como queremos y listo. Si pasa que te dé éxito o fama, qué bueno, es la vida que tú escogiste", menciona Diego.
¿Trabajar en el extranjero le dio éxito a Rey Pila?
Había, a lo mucho, tres personas frente al escenario del Mercury Lounge. La mitad de Nueva York estaba sin luz; al día siguiente las elecciones tenían a Barack Obama al frente de las preferencias. Aquella tarde de 2012, un par de chicos frente a la tarima grababa en su iPhone la presentación de Rey Pila.
Han pasado varios años desde que ese tour por Estados Unidos los llevó a trabajar con Julian Casablancas, estar en los estudios DFA, administrados por Matt Thornley de LCD Soundsystem, y también por DNA Records. El último disco de Rey Pila fue producido con Dave Sitek (Ex Tv On the Radio) entre Sonic Ranch y un estudio en Los Ángeles.
"Cada quien tiene lo suyo. Julian es muy bueno como visualiza las canciones en tema de estructura. Paco Huidobro es muy bueno para todo lo que tiene que ver con guitarras. Entonces más que de allá o de acá u otros países, es como diferentes talentos en diferentes lugares", comenta Diego Solórzano.
No quiero sonar como el güey de La Cuca
Aunque Diego ha intentado componer en un par de ocasiones en español, es un idioma en el que no se siente tan cómodo y esta preferencia no tiene nada de relación con una búsqueda mercadotécnica en el extranjero.
"Me acomoda más cantar en inglés y es como me gusta mi voz porque si yo me pongo a cantar en español luego sueno como entre a Miguel Bosé y el güey de La Cuca (José Fors). Entonces está cabrón, a mí no me gusta. Es una cosa muy personal.
"Nunca fue para poder entra a otro mercado. Es más, si hubiera sido así no nos hubiéramos quedado en esta ciudad que tanto queremos y que tanto amamos. Y este país que es donde queremos tocar".
La buena música tiene un fondo, algo que transmitir y que perdura a través del tiempo. Solórzano considera que una gran mayoría de las bandas carecen de esencia.
"El contenido es muy importante. Sobre todo en estos días tan oscuros, que son así porque así está el mundo, como que permea una actitud de pásala bien, todo relajado.
"Escuché el disco de Tame Impala, Currents (2015), ese me gusta muchísimo. El otro día leí las dos primeras letras y dije este güey es un pendejo, cabrón. No puede ser lo pecho frío que es cuando escribe esas letras viendo que las cosas no son de esa forma. Siento que eso anestesia a la gente".