Más o menos a los 57 años uno va pensando en la pensión, preguntándose cómo manejará el tiempo libre durante el retiro; también uno se deja llevar por la nostalgia de lo conseguido en la trayectoria profesional… Así más o menos sería la vida paralela de Roberto Musso si en algún punto hubiera seguido por el mundo de las matemáticas en vez del musical.
Si hoy Musso se encontrara con su yo de hace 20 años, quizá le diría "¿viste dónde estamos ahora?" y lo alentaría a seguir la senda del Cuarteto de Nos, esa banda uruguaya que conforme pasan los años no se deja seducir por el anhelo de las viejas glorias; al contrario, abraza los ritmos más innovadores para conectar con nuevas generaciones.
Si te encontraras a Roberto Musso de hace 20 años, ¿lo convencerías de seguir el camino de la música?
Mi yo de hace 20 años, y cualquiera del Cuarteto de Nos, no se imaginaban el momento en que estamos ahora. Como que estaríamos restregándolo en la cara de "¿viste donde estamos ahora?", porque ni se imaginaban el momento que estamos viviendo. A las bandas de tantos años a veces les pasa que siguen tocando y se van quedando en los laureles de los años pasados o anteriores. Con el Cuarteto ha pasado al revés que el mejor momento que estamos teniendo es el actual con más convocatoria, con shows más profesionales, con la crítica, con los premios que hemos recibido. Es una cuestión que hace 20 años no hubiéramos imaginado.
Cualquier otra agrupación va disminuyendo en seguidores conforme pasan los años, ¿qué hay de diferente en el Cuarteto de Nos que conecta con públicos jóvenes?
Muchas veces uno piensa que la mayoría del público es mucho más joven que vos. Sabemos que se conecta por distintos canales. Estar muy en sintonía con la música que se escucha y tampoco ser muy fundamentalista de un género como el rock. Nosotros adaptamos cuestiones de otros géneros que también andan sonando por ahí tanto de pop como folclórico, como rap; en conjunto, lo mantiene bastante aceitado a nuestro género.
Las letras siempre trato de componerlas desde mi edad biológica, pero son situaciones que a veces conectan mucho con la realidad de los jóvenes hoy en Latinoamérica y es algo que me sigue sorprendiendo.
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Al momento de escribir me gusta mucho eso de dejar algo abierto a la imaginación, que no sea tan literal y tenga un dejo de ironía"
Siempre ha existido una pugna entre el humor y la corrección política, pero hoy en día las redes sociales lo maximizan. ¿Cómo juegan con esto?
Ha ido cambiando como ha ido cambiando el mundo y también la sensibilidad, viste. Nosotros también hemos cambiado con respecto a eso mucho. El humor que teníamos al principio ahora se ha tornado en ironía y sarcasmo de muchas situaciones. Hoy el mundo está llevando al humor a solo lo literal, lo que está establecido. A mí al momento de escribir me gusta mucho eso de dejar algo abierto a la imaginación, que no sea tan literal y tenga un dejo de ironía.
¿Cómo rompes tus límites compositivos sin canibalizarte a ti mismo?
Cada vez parece ser más difícil porque también uno además de tener varios parámetros está jugando con la competencia de ser uno mismo y no repetirse. Pasa que tengo un tema que ya toqué hace algunos años, entonces trato de darle una óptica diferente o abortar esa opción y empezar por otro lado. Para nosotros que tenemos que hacer cosas conceptualmente o de temática es un desafío importante buscar de qué hablar, de qué tema trata el idioma de la canción para transmitirlo a la gente.
¿Hubo algún momento en el que sintieran que iban a tirar la toalla o no estaban yendo a ningún lado?
Capaz que no tan dramático como esa frase, pero sí hubo un momento poco antes de Raro (2006) que sentía que veníamos haciendo las cosas desde los noventas y hasta mediados de los dosmiles ya estábamos empezando a repetir la fórmula de una forma de canción que se estaba gastando. Me daba la impresión. Ese partido del tablero de ese momento, también empezar a trabajar con un grupo técnico más profesional y todo junto hizo que Raro fuera el disco reconocido fuera de Uruguay.
Y el momento más nostálgico…
A veces no tiene mucho que ver por la magnificencia del evento en sí, viste. Porque ganamos el Grammy Latino por el disco Porfiado (2012); fue importantísimo y de mucha emoción porque éramos los primeros uruguayos en ganarlo. Para el rock era un gran galardón. Pero no te miento, cuando salgo al extranjero me pasa en ciudades pequeñas, allá lejos de Uruguay, que hago clic con esa gente tan lejos de casa que ha venido desde varios kilómetros a esta ciudad para escuchar las canciones nuestras. Todas esas cosas te movilizan y te dan una nostalgia, emoción y una responsabilidad muy grande. Ese trato con la gente es lo más importante.
Ya tienen bastante experiencia en el Vive Latino, pero ¿qué significó llegar a este festival para el Cuarteto de Nos?
Siempre que vamos para México es una alegría enorme. Del Vive Latino en particular es un festival que queremos muchísimo porque siempre digo que fue el primer festival que tocamos fuera de Río de la Plata, la primera gira grande. Fue muy sorprendente porque hasta ese momento éramos una banda que solo tocaba acá en Uruguay y tímidamente en Argentina cada tanto, viste. Nunca habíamos tenido planteado un horizonte más largo.
La música nos fue jalando más allá de los quehaceres universitarios y profesionales para llevar a la banda más allá de las fronteras. Era como una especie de portal mágico del que no sabíamos de su existencia y que de repente nos abrió los ojos a la realidad.