'La Lengua del Sol', cinta sobre un amor en confinamiento, se estrena en nueva plataforma

"Voy a extrañar (…) Qué pasaría si…", se susurran Emilia y Ramiro entre pensamientos ansiosos, ellos que decidieron pasar juntos el último día de sus vidas... en confinamiento ante un factor externo que le pondría punto final al devenir de la humanidad.

Protagonizada por Raúl Méndez y Flavia Atencio, bajo la dirección de José Luis Gutiérrez, La Lengua del Sol se estrenó la noche del lunes a través de la nueva plataforma de cine Sharing My Dream, que fue lanzada precisamente para convertirse en la única casa virtual' de la cinta durante estos tiempos de cuarentena.

La película independiente (Mirada Films), cuyo rodaje duró siete días, tenía programado para mayo su estreno en salas de la Ciudad de México, mismo que fue cancelado cuando la pandemia alcanzó al país. "Nos preguntamos, y '¿ahora qué?', dijo Atencio en conferencia virtual, y tras un focus group en el que la película llegó a 40 países en cuatro días, "decidimos que era ahora que tenía que ver la luz por su mensaje, decidimos ponernos a trabajar en una plataforma para que tuviera realmente su estreno internacional; todo esto ocurrió en las últimas cuatro semanas".

La Lengua del Sol, con una trama hedonista, con tintes de tristeza e incertidumbre, pero envuelta por ecos eróticos, amorosos y de valentía, "se vuelve una excepción porque estamos encontrando en este espacio para presentarla a muchísima gente, una forma muy particular como première mundial compartiendo lo que está viviendo la humanidad al interior de sus casas, y lo que nosotros vivimos como contadores de esta historia en la ficción", afirmó Gutiérrez Arias.

"No teníamos idea de que fuera a coincidir la temática con la cuarentena que está viviendo todo el mundo ahora", dijo el director al enfatizar en "el desempeño actoral, eran muchas páginas de guión por día y la película se vuelve muy demandante porque contiene un abanico de emociones que había que cuidar muchísimo. Retrata a una pareja que pasa por muchos estados de ánimo y se va rescatando mutuamente hasta entender que afortunadamente están con quien tenían que estar para el final de los tiempos".

Al hablar sobre la importancia de la salud mental en medio de esta contingencia, Méndez destacó la necesidad de ser conscientes de la paranoia a la que estamos metiendo nuestra mente, evaluar a qué darle importancia y a qué no, optar siempre por comunicarse y, "por lo menos con una película como esta que te sirve para 'espejearte' un poquito bajo esta realidad que estamos atravesando, que el cine cumpla a veces con ese ejercicio de ser como un catalizador para poder sacar emociones que andan por ahí reprimidas o que no sabemos manifestarlas".

En torno a la experiencia desde la otredad de sus personajes al trasladarla a la vida real en este paralelismo de situaciones, Méndez dijo a El Financiero que este lo dejó reflexionando al hacer referencia a lo contrastante que ha sido su vivencia: "es curioso porque viví 90 días completamente solo, lo opuesto que vivió mi personaje Ramiro, yo estuve solo, solo, pero lo disfruté y me ayudó mucho para evaluar a nivel personal y profesional.

"Si bien estar en compañía puede hacer las cosas un poco más fáciles, también puede ser mucho más complicado, depende en qué momento de la relación te encuentres con esa persona (...) '¿Yo hubiera podido vivir estos 90 días con alguien más? No lo sé'".

En la misma línea, la también guionista destacó que la cuarentena ha confrontado a muchas personas, "con parejas que habías vivido años y de repente te das cuenta que habías vivido con un desconocido. El caso de Emilia y Ramiro es muy diferente y afortunado".

Y… ¿sobre el abordaje erótico y su tratamiento? "Todo tiene que ver con esas cosas, movimientos y besos que uno se imagina y quisiera hacer o dar en la vida real y, de ahí partes para poder crear la historia del erotismo y la parte sexual", compartió el protagonista. "Fue también a través de improvisaciones para conocer los cuerpos", añadió la actriz, "Me di cuenta de que Emilia tenía una química con Ramiro (...) Desde estar en personaje pudo suceder lo que tenía que pasar en escena". Por su parte, el realizador dijo que los personajes encontraron sus espíritus y estuvieron en comunión. "Me quedé tranquilo desde el día uno".

El también activista expresó que no comprende la razón que lleva a mostrar 'una cosa muy rara de moralidad' cuando se expone en pantalla lo que naturalmente se hace en la vida real.

"Creo que para como está el mundo, es de lo que menos nos debería generar incomodidad, sino todo lo contrario, una posibilidad de relajación (...) el tema de la sexualidad lo tenemos tan reprimido y es un momento muy sano y muy sabio en este encierro como para reiventar este mundo tan cerrado que tenemos, por eso la película es hermosa, son dos personajes completamente desnudos, y que mejor oportunidad en este encierro de poder mostrar quienes realmente somos", subrayó.

Sharing My Dream vio entonces la luz gracias a La lengua del Sol y, viceversa, en medio de un contexto donde la exhibición de la industria vía streaming ya representaba una gran fuerza de distribución y exhibición, pero "COVID la vino a consolidar, porque la normalidad de regresar a las salas, de volver a filmar como antes va a tener que pasar muchas pruebas", dijo Gutiérrez Arias.

"Creo que los contadores de historias estamos en el camino", compartió, "algo que no nos van a quitar nunca son las historias y por ese lado, las historias encontrará una salida para comunicarse con la gente".

La plataforma, con un tratamiento boutique, vivirá de manera orgánica estos primeros meses, y se espera que en el futuro pueda albergar el estreno de muchas otras películas, principalmente del cine nacional con lanzamiento gratuitos. "No queremos competir, en todo caso es hacer las cosas diferentes, esperemos que no sea una plataforma para tener catálogos, sino para darle a cada película su espacio", explicó Atencio.

La Lengua del Sol estará disponible en la plataforma de manera gratuita durante algunos días, y posteriormente tendrá un costo de 35 pesos por pantalla.