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'Papillón: La Gran Fuga': Libertad a toda costa

La nueva adaptación de las memorias de Henri Papillon Charrière se enfoca tanto en los horrores carcelarios de la Guayana Francesa como en la amistad inquebrantable entre sus dos protagonistas.

En 1931 un ladrón de los bajos fondos parisinos es acusado de un crimen que no cometió, y sentenciado a cadena perpetua en la colonia penitenciaria de la Guayana Francesa y después de varios años de intentos fallidos, logra escapar. Esta es la sorprendente (y verídica) de Henri Papillon Charrière, llevada a la pantalla grande primero en 1973 y la más reciente este año.

La primera adaptación pareciera insuperable: Steve McQueen como el inquebrantable Papillon; Dustin Hofmann como el temeroso pero millonario Louis Degá; un guión escrito en parte por Dalton Trumbo y como cereza del pastel, un hermoso sountrack a cargo de Jerry Goldsmith. Los ingredientes para ser un éxito de taquilla.

Es por ello que para esta nueva versión, el novato pero nada perdido Michael Noer trata de alejarse de la película original para darnos su propia vision de Papillon; aunque no cuenta mucho sobre su origen, le da una vida anterior a su encarcelamiento: por medio de pocas líneas y cortas escenas sabemos que viene de la campiña francesa, que roba cajas fuertes y que tiene a su novia Nenette (Eve Hewson). Aunque no sabemos si en la historia original así se establece o es por cuestión de guión, las causas del encarcelamiento de Charrière quedan difusas, situándose más en el horror de la colonia penitenciaria.

Las memorias, escritas originalmente como un acto de denucia de las políticas penitenciarias francesas, deriva en un nuevo cauce en esta adaptación protagonizada por Charlie Hunnam como Papillon y Rami Malek como Degá; en una decisión también prudente, el primero no trata de imitar al inigualable King of Cool, por lo que más allá de mostrar su resistencia física a la tortura, Hunnam opta por enseñar la fortaleza emocional de Papi su fortaleza emocional para sobrevivir -y vencer- a las torturas, los golpes y el aislamiento al que sometido por años sin contacto humano o la más mínima luz.

Papillon: La gran fuga es también la historia de una lealtad y amistad a toda prueba; aunque al inicio de la historia Henri protege al endeble Degá por razones económicas, la prisión termina forjando lazos entre ambos que cobran un alto costo; no por nada Louis le dice a Henri que le "sorprende su peculiar e insistente manera de protegerme". La dupla Hunnam-Malik es equilibrada; mientras uno es electrizante, el otro es mesurado; lo que uno tiene en carisma, el otro lo tiene en sobriedad.

La historia es, más allá de un muestrario de hasta dónde puede llegar la crueldad humana, un relato de dos de las mejores cualidades del ser humano: lealtad, resilencia y amor a la libertad. A veces, para que estas surjan es necesario "aprender a escuchar el silencio".

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