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Hace 50 años, los Beatles dieron su último concierto

El 30 de enero de 1969, el cuarteto de Liverpool ofreció el que, sin que ellos mismos lo supieran, su última presentación, en la azotea de su compañía Apple.

El 30 de enero de 1969, The Beatles se reunió en la azotea del edificio de Apple Corps en Londres, Inglaterra, para realizar y grabar el que sería su último concierto antes de su separación en 1970.

Después de discutir opciones descabelladas para esa presentación, como hacerlo en las pirámides de Egipto o el crucero Queen Elizabeth 2, el cuarteto de Liverpool sorprendió a los transeúntes de las calles londinenses cuando aparecieron, sin avisar, en las oficinas de su compañía Apple, ubicadas en Savile Row 3, considerada la zona de los sastres de lujo.

Acordado el lugar, se hicieron los preparativos necesarios para que el techo del edificio pudiera soportar tanto al equipo humano como al técnico. Minutos antes de que iniciara, la banda comenzó a sentir pánico escénico: "George no quería hacerlo y Ringo comenzó a decir que realmente no entendía el punto; entonces John exclamó '¡Al diablo, vamos a hacerlo!", según relató Michael Lindsay-Hogg, director del documental, a la revista Rolling Stone.

La banda tocó canciones como Don't let me down, I've got a feeling, Dig a Pony y Get back, que fueron incluidas en Let it be, su álbum y documental. Para éste, contaron como invitado al tecladista Billy Preston, quien años después trabajó con George Harrison.

A pesar de que la policía ya había llegado al lugar y había amenazado con detener el espectáculo, la banda siguió tocando. Ringo dijo: "Fue un día memorable para mí; estábamos haciendo lo que mejor hacíamos: tocar música, pero aún estoy decepcionado de que los policías no me hubieran alejado de la batería", según relata la página oficial de los Beatles.

Debido a las bajas temperaturas que había esa mañana, más la amenaza de lluvia, John recordaría años después que sus manos estaban demasiado entumecidas por el frío como para tocar su guitarra. Para enfrentar el invierno londinense, Lennon le pidió prestado su abrigo a Yoko Ono, y Ringo también uso el impermeable de su entonces esposa, Maureen Cox.

John y Ringo no fueron los únicos afectados por las bajas temperaturas; los fuertes vientos, los micrófonos y amplificadores tuvieron fallas; para minimizar el impacto del aire en el equipo, un entonces joven ingeniero de sonido llamado Alan Parsons fue enviado esa misma mañana a una tienda departamental a comprar pantimedias. Según relató para la revista Guitar Player, entró en el almacén y pidió tres pares sin importar su tamaño. "Los empleados pensaron que yo era un ladrón de bancos o travesti".

La Telecaster que George Harrison tocó en ese concierto fue un regalo de Fender para el guitarrista y hecha a medida por los maestros Roger Rossmeisl y Philip Kubicki. En ese entonces, la compañía estaba lanzando una nueva línea elaborada totalmente con madera de palisandro, y presentar el prototipo a un Beatle fue visto como una buena idea publicitaria. La guitarra fue llevada a Inglaterra en su propio estuche y entregada en las oficinas de Apple antes de la presentación. Durante más de un año, sus fabricantes no supieron qué había pasado con la Telecaster, hasta que compraron boletos de cine para ver el documental Let It Be y vieron a George usando su guitarra. "Estaba tan emocionado que casi salté de mi asiento", relató Kubicki para Rolling Stone.

Debido a la insistencia de la policía de finalizar esa presentación que alteraba el orden público después de 42 minutos, se puede oír al final decir a Lennon: "me gustaría dar gracias a nombre del grupo, y espero que hayamos pasado la audición". "No fue una audición", declaró Mark Lewisonh, historiador de la banda, para el Washington Post. "Pero siempre tuvieron las líneas perfectas".

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