Crece preocupación de las autoridades sanitarias de Japón por las crecientes variantes del COVID-19 que parecen ser más infecciosas, incluso pueden resistir a las vacuna. Esto podría impulsar una cuarta ola en la pandemia a poco más de 100 días para los Juegos Olímpicos de Tokio.
Los especialistas afirman que la situación es peor en Osaka, donde las contagios alcanzaron nuevos récords la semana pasada, lo que llevó al gobierno regional a iniciar medidas de bloqueo selectivas durante un mes a partir del lunes 5 de abril.
Un informe del Ministerio de Salud mostró la semana pasada que se habían descubierto 678 casos de variantes mutantes de Gran Bretaña, Sudáfrica y Brasil en todo el país y en los aeropuertos, con los grupos más grandes en Osaka y la prefectura cercana de Hyogo.
Pero la cepa, conocida como E484K (apodada ‘Eek’), puede estar más extendida. Alrededor del 70 por ciento de los pacientes con COVID-19 examinados en un hospital de Tokio el mes pasado portaban la mutación, que era diferente de las variedades británica y sudafricana, informó la emisora pública japonesa NHK.
La variante Eek se ha afianzado en la región de Osaka, extendiéndose más rápido y llenando las camas de los hospitales con casos más graves que el virus original, según Koji Wada, asesor del gobierno sobre la pandemia.
“La cuarta ola va a ser más grande”, dijo Wada, también profesor de la Universidad Internacional de Salud y Bienestar de Tokio. “Necesitamos comenzar a discutir cómo podemos utilizar estas medidas específicas para el área de Tokio”.
No es una variante nueva en sí misma, es una mutación que ocurre en diferentes variantes. Pero la presencia cada vez mayor de la mutación, junto con su comportamiento frente a las vacunas, ha despertado la preocupación de los científicos de todo el mundo.
La mutación puede evadir la respuesta de anticuerpos, lo que hace posible que las personas vuelvan a contagiarse de COVID-19 o afecten el funcionamiento de las vacunas, según estudios emergentes.
Japón ha declarado dos veces el estado de emergencia que cubrió la mayor parte del país el año pasado, la más reciente justo después del Año Nuevo, cuando golpeó la tercera y más mortal ola de la pandemia.
Osaka canceló los eventos de relevos de la Antorcha Olímpica, pero el primer ministro Yoshihide Suga ha insistido en que Japón llevará a cabo los Juegos según lo programado. Suga dijo que las medidas empleadas en Osaka podrían expandirse a Tokio y otros lugares si fuera necesario.