Una noche de libros y Netflix, a unos días de haberle dado la bienvenida al 2021, experimenté una repentina y extraña sensación de frío en los pies... esa madrugada me fue imposible dormir y al día siguiente el médico mencionó la probabilidad de estar contagiada de COVID-19, y así fue.
Semanas después de dejar atrás la infección que se presentó con fiebre, dolor de cabeza y articulaciones, inflamación y fatiga constante, comencé a notar una caída de cabello exagerada, y me aterró ver cómo los montones de hebras se desprendían en la regadera o al cepillarme.
Escribiendo estas líneas, a cuatro meses de haber tenido COVID, mi densidad capilar es significativamente menor frente a la que solía tener previo al contagio.
De semanas hasta un año
Actualmente, se estima que la pérdida de cabello aparece en el 25 por ciento de los pacientes con COVID-19, de acuerdo con la BBC, y un estudio publicado en The Lancet, en enero, reveló que más de uno de cada cinco hospitalizados por COVID-19 en China siguieron presentado pérdida de cabello seis meses después de que fueran dados de alta.
Expertos en dermatología han apuntado que se trata de una condición temporal que puede durar de entre semanas y hasta seis o nueve meses después de la infección, y en algunos casos, se alargaría hasta un año, dependiendo la genética de cada persona.
Estrés, estrés, estrés
Son tres tipos de pérdida de cabello los que se han asociado al COVID-19: efluvio telógeno, alopecia androgenética y alopecia areata.
Paulo Criado, coordinador del Departamento de Medicina Interna de la Sociedad Brasileña de Dermatología, dijo en entrevista con BBC News Brasil en marzo que actualmente se cree que el coronavirus es parte del grupo de enfermedades como el dengue y el zika, que junto con fuertes episodios de estrés y otros factores diversos puede vincularse con la fuerte caída capilar.
El efluvio telógeno, fenómeno mayormente ligado al COVID, se produce cuando nuestro cabello que apenas está en fase de crecimiento pasa en un alto porcentaje a la etapa de caída desprendiéndose antes de tiempo. “Se presenta como una caída dramática y abrupta del volumen del pelo, más de lo normal, ocurre cuando más cabellos entran, al mismo tiempo, en fase telógena (desprendimiento)”, comparte con El Financiero la doctora Priscila Domínguez, especialista en Medicina estética, regenerativa y antienvejecimiento, quien agrega que la mayoría de personas notarán una caída notable de dos a tres meses después de la enfermedad.
Podrían desprenderse de entre 400 a 500 cabellos en un solo día, cuando lo normal es que se caigan 100 diariamente.
La relación entre el coronavirus y la pérdida de cabello “se fundamenta en el estrés emocional y físico que supone la enfermedad, por ello se produce esta patología dermatológica en la que se altera el ciclo del crecimiento del pelo durante un periodo de tiempo limitado”, según Lucía Pimentel, dermatóloga de Hospiten en España.
En esta línea, Michael Freeman, director del Departamento de Dermatología del Gold Coast Hospital en Australia, apunta que la aparición del efluvio se da como una respuesta del cuerpo de suspender temporalmente funciones innecesarias en momentos de gran estrés.
Aunado a estas alteraciones, la falta de exposición al Sol debido a la cuarentena, viene a influir también en la pérdida de cabello por las vitaminas que no está recibiendo el cuerpo, resalta la doctora Valeria Fuentes, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por las causas señaladas es que durante la pandemia, el número de personas que llega al consultorio de un especialista ha aumentado como ocurre en el caso de Domínguez. “Debemos confirmar el diagnóstico con un examen clínico, en el cual encontraremos pérdida difusa del volumen y una prueba de tracción positiva, misma que se considera así cuando después de haber tirado suavemente hacia arriba un mechón de cabello encontramos dos o más cabellos entre nuestros dedos”.
Y aunque en este momento no existen pruebas sobre tratamientos específicos para tratar la patología derivada de este virus, existen diversas recomendaciones, por parte de estilistas y expertos en la salud, que puedes seguir para ayudar a estimular la regeneración de cabello.
Tips:
- Es vital llevar una alimentación balanceada
- Incluir vegetales verdes en cantidades significativas
- 2 litros y medio de agua diariamente
- Vitamina E
- Biotina y colágeno
- Te de manzanilla
- Optar por productos naturales para la limpieza del cuero cabelludo
- Lavar con agua tibia o fría cada tercer día
- Evitar alcohol y tabaco
- Acudir a terapia psicológica (para tratar diversas emociones y estrés que también están impactando en esta área de nuestro cuerpo)
No olvides consultar a tu médico o dermatólogo si optas por algún suplemento alimenticio, y en caso de que la situación no mejore al cabo de los lapsos mencionados, visita al especialista para revisar tratamientos específicos.