Salud

¿Por qué te cuesta más trabajo bajar de peso que a otras personas?

Un equipo de investigadores identificó variantes genéticas raras que protegen a los portadores del sobrepeso u obesidad.

La dieta y el ejercicio ayudan para mantener un peso saludable, pero a veces la genética no está de nuestro lado. (Shutterstock)

La dieta y el ejercicio pueden ayudar a personas con exceso de peso, pero la genética también influye mucho, así que antes de que te mates en el gimnasio o con dietas echa un ojo a lo que dicen recientes estudios científicos.

Un equipo de investigadores identificó variantes genéticas raras que protegen a los portadores del sobrepeso u obesidad.

Lo que hicieron fue secuenciar 645 mil 626 exomas de personas del Reino Unido, Estados Unidos y México, estimaron las asociaciones de variantes de codificación raras con el índice de masa corporal (IMC) e identificaron 16 genes con una codificación rara.

Hay que recordar que el genoma humano, ese conjunto de información genética que permite que una persona tenga características propias que están determinadas desde la concepción, está constituido por 30 mil genes, de los cuales de los cuales cerca de 6 mil están vinculados a patologías o enfermedades.

Los genes contienen la información para poder sintetizar todas las proteínas del organismo, codificada en un sistema de cuatro letras (A, T, C y G). Esta información no se encuentra de forma continua en los genes, si no que las regiones codificantes (exones) se ven intercaladas con regiones sin información para la síntesis de proteínas (intrones). El conjunto de exones del genoma se denomina exoma.

El nuevo estudio, publicado en la revista científica Science, indica que tras la secuenciación de esos exomas observaron las mutaciones dentro de los genes que estaban asociados con un IMC más bajo o más alto.

De los 16 genes ligados al índice, cinco codifican proteínas de la superficie celular conocidas como receptores acoplados a proteína G, explicó en una nota el periodista científico Rodrigo Pérez Ortega para el sitio de noticias de la revista.

Además de la evidencia de que influyen en el peso, los científicos encontraron que estos cinco genes se expresan en el hipotálamo, una región del cerebro que regula el hambre y el metabolismo.

Las variantes de uno de estos genes, el GPR75, tuvieron el mayor efecto sobre el IMC. Las personas portadoras de mutaciones que inactivaban una copia de ese gen pesaban en promedio 5.3 kilogramos menos y tenían la mitad de probabilidades de ser obesos, en comparación con aquellos con versiones funcionales.

Para observar cómo esa variante impacta en el aumento de peso, explicó el periodista, los investigadores diseñaron ratones para que carecieran de una copia funcional del gen. Al alimentarlos con una dieta alta en grasas, los roedores tuvieron 44 por ciento menos de peso en comparación con los ratones de control. Los roedores modificados también tenían un mejor control del azúcar en sangre y eran más sensibles a la insulina.

No obstante, las variantes de GPR75 que inactivan el gen son raras, pues solo una de cada 3 mil personas parece portarlas.

“Influye (la variante) en un grupo muy pequeño del mundo”, según Giles Yeo, genetista de Cambridge que no participó en el estudio y citado por el periodista en su artículo.

Según el estudio, los resultados sugieren que la inhibición de GPR75 puede ser una estrategia terapéutica para la obesidad:

“La eliminación de GPR75 en ratones resultó en resistencia al aumento de peso y mejor control glucémico en un modelo de dieta alta en grasas. La inhibición de GPR75 puede proporcionar una estrategia terapéutica para la obesidad”.

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