La propagación mundial del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad el COVID-19, ha provocado el surgimiento de una gran cantidad de linajes virales. Si bien el mundo se encontraba enfocado en la variante Delta, ahora es Epsilon la que llama la atención por su posible resistencia a las vacunas existentes.
La variante Epsilon, o B.1.427/B.1.429, fue detectada por primera vez en California, Estados Unidos, el 5 de marzo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta ahora se ha registrado su presencia en 34 países fuera de su lugar de origen.
La OMS ha clasificado a este linaje viral como “de interés” y no “de preocupación”, como en el caso de las variantes Alpha (B.1.1.7) del Reino Unido, Beta (B.1.351) de Sudáfrica, Gamma (P.1) de Brasil, y Delta de India.
Esta variable tiene 20 por ciento más de transmisibilidad, un porcentaje bajo en comparación de las variantes calificadas como de preocupación, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
No obstante, un estudio publicado recientemente en la revista Science y llevado a cabo por investigadores de la University of Washington School of Medicine, Estados Unidos, descubrió que Epsilon disminuye los anticuerpos inducidos por las vacunas COVID.
Epsilon y su resistencia a las vacunas
Tres mutaciones de la variante Epsilon reducen de dos a 3.5 veces la potencia neutralizadora de los anticuerpos inducidos por las vacunas ARN mensajero, así como de los adquiridos por infecciones previas del virus SARS-CoV-2, de acuerdo con la investigación.
Para evaluar el impacto de las tres mutaciones presentes en la variante, los científicos utilizaron plasma de 15 personas que recibieron dos dosis de la vacuna Moderna y de 15 más vacunadas con dos dosis de Pfizer.
Descubrieron que la mutación L452R redujo la actividad neutralizante de 14 de los 34 anticuerpos monoclonales contenidos en el receptor, mientras que las mutaciones S13I y W152C dieron como resultado una pérdida total de neutralización para 10 de los 10 anticuerpos monoclonales específicos del dominio N-terminal.
Lo anterior debido a que la variante Epsilon provoca reordenamientos en áreas críticas de la glicoproteína de espiga, proceso por el cual el virus SARS-CoV-2 infecta a las células.
“Estos hallazgos muestran que las tres mutaciones presentes en la glicoproteína B1.427 / B.1.429 disminuyen la actividad neutralizante provocada por la vacuna y provocados por la infección, lo que sugiere que estas sustituciones de residuos que definen el linaje están asociadas con la evasión inmune”, indicaron.
Con esta investigación, los científicos también encontraron que los anticuerpos adquiridos por la vacunación muestran una mejor calidad y mayor resistencia que los adquiridos por una infección previa del COVID.