“Si tú saltas, yo salto”. Quién no recuerda aquellas palabras que Jack (Leonardo DiCaprio) le dijo a Rose (Kate Winslet) cuando ésta sintiéndose presionada ante una vida monótona que no le resultaba confortable, piensa en saltar de la popa del Titanic, en la célebre película homónima.
Sin embargo, a año y medio de la pandemia más mortal de nuestras vidas habría que reflexionar el hecho de seguir a la otra persona como apoyo, o bien, con tal de no sentirte excluido “del grupo” poniendo en riesgo tu vida.
Además del COVID-19, hay grandes problemas con difícil solución en el mundo actual que ensombrecen el futuro de la humanidad, y que podrían poner de lado la palabra de los científicos en una coyuntura desalentadora: el panorama político está demasiado polarizado alrededor del mundo, temperaturas récord, el cambio climático, el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares más grandes y la pérdida de hábitat.
Pero, siempre existe una posibilidad de mejorar y cambiar las cosas, y desechar el pesimismo y la irresponsabilidad colectiva.
En este sentido: ¿Seguiremos ignorando a la ciencia? Algo está pasando en el mundo que no hemos podido resolver, situación que nos lleva ya a una tercera ola de la pandemia, la cual ha cobrado más de 4 millones 60 mil vidas.
Y aun con todas las consecuencias que hemos visto desde inicios de 2020: la gente comienza a relajarse, deja de usar cubrebocas y mantener la sana distancia e ignorar las recomendaciones de las autoridades de salud. El desinterés por buscar información y cancelar las ‘fake news’ contribuye a la negación de la ciencia alrededor del mundo.
“De algo tenemos que morir”, dice una de las asistentes a una de las ‘chelerías’ de Tepito, en donde más de 50 personas se aglomeran para beber alcohol sin las medidas sanitarias necesarias, ante el evidente incremento de los casos positivos en la Ciudad de México que alcanza el nivel invernal.
Pero no solo en esa zona, también ha habido relajaciones y aglomeraciones en la Roma y Polanco.
Las variantes, el problema
Los datos sobre las características de las variantes de COVID-19 está surgiendo rápidamente. Los científicos están trabajando para aprender más sobre la facilidad con la que se modifican y se propagan, si podrían causar una enfermedad más grave y si las vacunas actualmente autorizadas protegerán, y en qué nivel, a las personas contra ellas.
Todos los virus cambian con el paso del tiempo, y también lo hace el SARS-CoV-2. La mayoría de los cambios tienen escaso o nulo efecto sobre las propiedades del virus. Sin embargo, algunas mutaciones pueden influir sobre algunas de ellas, como por ejemplo su facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad asociada o la eficacia de las vacunas, los medicamentos para el tratamiento, los medios de diagnóstico u otras medidas de salud pública y social.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado a los países que tienen transmisión comunitaria, es decir, cuando los residentes se infectan entre sí, a implementar el aislamiento social para evitar que el número de casos se dispare. Si el coronavirus se propaga demasiado rápido, los sistemas de salud pueden volver a colapsar oootra vez más debido a las limitaciones de infraestructura.
Las estrategias y las medidas que recomienda actualmente la OMS siguen funcionando contra las variantes del virus detectadas desde el comienzo de la pandemia. Se ha demostrado en muchos países con amplia transmisión de variantes preocupantes que las medidas sociales y de salud pública, como las de prevención y control de la infección, reducen eficazmente el número de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19.
Ignorar las realidades científicas
Las multitudes no son más que un ‘rebaño de ovejas’ sin organización ni conocimiento.
¿Cómo es que el bajo nivel de conocimientos científicos hace que las personas, por lo demás racionales y competentes, malinterpreten la amenaza del COVID-19 y les permitan sentirse más cómodas con datos falsos que con información científicamente sólida?
Las creencias basadas en información falsa, al igual que las basadas en la verdad, tienen orígenes neuronales y reflejan conexiones en circuitos cerebrales dedicados. Los individuos están organizados para tener creencias y evaluar sus méritos basándose en hechos y experiencias, según un comunicado de la OMS.
En la era digital las llamadas infodemias se propagan como la pólvora. Crean un caldo de cultivo para la incertidumbre. La incertidumbre, a su vez, alimenta el escepticismo y la desconfianza, que es el entorno perfecto para el miedo, la ansiedad, las acusaciones con el dedo, el estigma, la agresión violenta y el rechazo de medidas de salud pública probadas, que pueden conducir a la pérdida de la vida.
A cuidarse
El COVID-19 continúa propagándose en el mundo y las variantes siguen apareciendo. Sigamos tomando las medidas necesarias para protegerse del virus.
-Vacúnate contra el COVID-19 en cuanto esté disponible para ti.
-Continúa usando cubrebocas o mascarillas para ayudar a protegerte a tí mismo y a los demás.
-Sigue manteniendo la sana distancia.
-Evita las multitudes y los espacios interiores mal ventilados.
-Lávate las manos con frecuencia con agua y jabón. Usa desinfectante para manos si no hay agua o jabón disponibles.
Las actuales variantes parecen extenderse más fácil, lo que puede dar lugar a un ritmo acelerado de contagios de COVID-19. Un aumento en el número de casos ejercerá una mayor presión sobre los recursos sanitarios, provocará más hospitalizaciones y, potencialmente, más muertes. Hasta ahora, los estudios sugieren que las vacunas autorizadas actuales funcionan sobre las variantes circulantes.