El COVID-19 prolongado se caracteriza por una variedad de síntomas potencialmente debilitantes (fatiga, dificultad para respirar) que se desarrollan en al menos el 10 por ciento de las personas que se han recuperado de una infección aguda. La vista puede estar entre esas afectaciones.
Un estudio publicado el lunes en la Revista Británica de Oftalmología comparó las córneas de pacientes con y sin COVID prolongado.
Los investigadores examinaron a 40 personas que se habían recuperado de COVID-19 y a 30 que no lo habían padecido. Todos se sometieron a cuestionarios y examinaciones para cuantificar la densidad de las fibras nerviosas de la córnea y de las ramas del nervio corneal, la longitud de la fibra nerviosa corneal, así como la densidad de las células dendríticas (inmunitarias).
Cuatro semanas después del COVID-19 agudo, los pacientes con síntomas neurológicos presentaron dichas densidades y longitud más bajas, así como una menor densidad de células dendríticas en comparación con las personas no infectadas.
“La microscopía identificó la pérdida de fibras nerviosas pequeñas de la córnea y el aumento de células dendríticas en pacientes con COVID prolongado, especialmente en aquellos con síntomas neurológicos. Esta microscopía (del tipo confocal corneal) podría usarse para identificar objetivamente a pacientes con COVID prolongado”, concluyen los investigadores.