La exposición al humo de tabaco durante el embarazo y en la primera infancia se asocia con una aceleración del envejecimiento, sugiere una investigación.
Diversos factores ambientales durante estas etapas de la vida pueden alterar de manera significativa, incluso a veces irreversible, el metabolismo y la fisiología, y por lo tanto determinar el estado de salud en la adultez.
Por lo cual, investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona, España, evaluaron las afectaciones de 83 exposiciones ambientales en el periodo prenatal y 103 en los primeros años de vida en mil 173 niñas y niños entre seis y 11 años.
Tras seleccionar el reloj epigenético más adaptado para el estudio y ajustar para múltiples variables, el equipo investigador encontró que la exposición al humo de tabaco proveniente de la madre durante el embarazo se asocia con una aceleración en el envejecimiento epigenético.
Mientras que en la etapa postnatal, el análisis mostró una asociación con dos exposiciones: el humo de tabaco proveniente de padres fumadores y niveles de hollín en el domicilio, un contaminante del aire que resulta de la combustión incompleta de carburantes.
La aceleración del proceso de envejecimiento biológico puede se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, cardiovasculares o neurodegenerativas, señalaron los investigadores en un comunicado.
A nivel celular, el envejecimiento es un proceso continuo que comienza desde los primeros años de vida, y se puede determinar gracias a relojes epigenéticos, los cuales miden los niveles de metilación del ADN en ciertas regiones del genoma para inferir la edad biológica de una persona.
Otras dos variables que se asociaron con una reducción en el envejecimiento biológico fueron el pesticida orgánico DMDTP y un contaminante orgánico persistente (bifenilo policlorado-138).