El Día Mundial de la Sonrisa se celebra anualmente el primer viernes de octubre, que en esta ocasión cayó en el primer día del décimo mes. Celebrado por primera vez en 1999, busca animar a las personas a actuar con amabilidad y hacer sonreír a una persona.
Es una festividad relativamente nueva con una historia fascinante. En 1963, Harvey Ball, un artista gráfico y publicista de Worcester, Massachusetts, creó el símbolo de la carita sonriente que todos conocemos, como una forma de aumentar la moral de los empleados de una compañía de seguros de vida.
El creador de la imagen falleció, pero se creó la Harvey Ball World Smile Foundation, en honor al diseñador. A partir de ese año la fundación es patrocinadora del Día Mundial de la Sonrisa. Pero aparte de esto, ¿qué pasa en nuestro cuerpo cuando reímos? te contamos.
La sonrisa es una expresión facial, espontánea y natural que además de manifestar felicidad, constituye una gran herramienta de comunicación. La usamos para enviar señales amistosas, abrir canales de conexión haciendo más cómodo el diálogo entre dos personas y favorecer la creación de vínculos constructivos.
Físicamente podemos decir que es el resultado de la contracción de 12 músculos de la cara, pero emocionalmente es el reflejo de nuestro estado de ánimo. A nivel interpersonal mostrar una sonrisa nos hace más atractivos y agradables a los demás.
Ya sea que te estés riendo a carcajadas en una comedia de televisión o riéndote en silencio ante una caricatura, reír te hace bien. La risa es una gran forma de aliviar el estrés, y eso no es una broma. Un buen sentido del humor no puede curar todas las dolencias, pero se acumulan datos sobre las cosas positivas que puede hacer la risa.
Una buena risa tiene grandes efectos a corto plazo, según comenta la Clínica Mayo en un estudio. Estimula muchos órganos. La risa mejora la ingesta de aire rico en oxígeno, estimula el corazón, los pulmones y los músculos y aumenta las endorfinas que libera el cerebro.
A largo plazo, la risa puede mejorar tu sistema inmunológico. Los pensamientos negativos se manifiestan en reacciones químicas que pueden afectar su cuerpo al traer más estrés a su sistema y disminuir su inmunidad. Por el contrario, los pensamientos positivos pueden liberar neuropéptidos que ayudan a combatir el estrés y enfermedades potencialmente más graves.
La risa puede aliviar el dolor al hacer que el cuerpo produzca sus propios analgésicos natural. También puede hacer que sea más fácil afrontar situaciones difíciles. Te ayuda a conectarte con otras personas.
Por último, mejora tu estado de ánimo. Muchas personas experimentan depresión, a veces debido a enfermedades crónicas. La risa puede ayudar a disminuir el estrés, la depresión y la ansiedad y puede hacer que se sienta más feliz. También puede mejorar tu autoestima.