La batalla contra el cáncer de mama (una enfermedad que mató en México a más de 7 mil 800 mujeres en 2020) puede llegar a nuevos territorios gracias al desarrollo de una vacuna en Estados Unidos.
El proyecto, a cargo de la Cleveland Clinic, busca desarrollar una dosis contra el cáncer de mama triple negativo, la forma del cáncer de mama contra la que se tienen menos tratamientos efectivos, explicó el doctor Thomas Budd, miembro del Instituto Taussig sobre el Cáncer y líder investigador del estudio.
“A largo plazo, esperamos que esta pueda ser una verdadera vacuna preventiva que se administraría a mujeres sanas”, apuntó en declaraciones recogidas por el instituto.
El cáncer de mama triple negativo representa entre 12 y 15 por ciento de los cánceres de mama. Sin embargo, es responsable de un porcentaje desproporcionadamente alto de las muertes por la enfermedad, según datos del instituto.
¿Cómo funciona la vacuna?
La dosis se centra en combatir una proteína de la lactancia conocida como α-lactalbumin, que se ha encontrado en la mayoría de los tejidos afectados por el cáncer de mama triple negativo.
El biológico ‘entrena’ al sistema inmunológico de las vacunadas para actuar contra tumores que tengan α-lactalbumin. Distribuye también un adyuvante que activa una respuesta inmune que permite que el sistema inmunológico monte una respuesta contra los tumores emergentes para evitar que crezcan.
El biológico tuvo una respuesta segura y efectiva en ensayos en ratones, que fueron dirigidos por el doctor Vincent Tuohy, creador de la vacuna. En estos animales, la dosis también inhibió el crecimiento de tumores ya existentes.
Ensayos en mujeres
El ensayo de fase I buscará determinar la dosis máxima tolerada de la vacuna en pacientes con cáncer de mama triple negativo en estadio temprano.
Las participantes deberán cumplir otros requisitos, como haber completado el tratamiento contra el cáncer de mama en los últimos tres años, así como estar libre de tumores, pero tener un alto riesgo de recurrencia.
Las mujeres recibirán tres dosis de la vacuna (cada una con dos semanas de diferencia) y serán observadas de cerca para detectar posibles efectos secundarias y su respuesta inmune.
Se prevé que el estudio concluya en septiembre de 2022.