La revista The Lancet publicó un estudio realizado en Reino Unido donde se demostró que combinaciones de vacunas contra el COVID-19 pueden funcionar como dosis de refuerzo contra el virus.
Las vacunas estudiadas fueron Novax, Johnson & Johnson, AstraZeneca, Pzier, CureVac, Moderna y Valneva.
El profesor Saul Faust, director del Centro de Investigación Clínica NIHE del Hospital Southampton, y sus colegas descubrieron que esas vacunas lograron una fuerte respuesta inmunitaria al ser aplicadas como tercera dosis.
El ensayo en fase dos analizó la eficacia de todas las vacunas en personas que habían recibido las dos dosis iniciales de AstraZeneca o Pfizer.
El estudio, en el que participaron 2 mil 878 personas mayores de 30 años, observó que después de recibir la tercera dosis los efectos secundarios más comunes fueron dolores de cabeza, fatiga y dolor en el lugar de la inyección.
Detalló que 912 de los participantes tuvieron esos efectos, de los cuales solo 24 fueron graves.
Los resultados mostraron que al ser administrada la tercera dosis entre las 10 y las 12 semanas es cuando hubo un mayor aumento en la inmunidad contra el virus.
“Las siete (vacunas) aumentaron significativamente los niveles de anticuerpos contra la proteína de la espiga después de dos dosis de AstraZeneca. Sin embargo, sólo seis lo hicieron también tras dos dosis de Pfizer-BioNTech. También hubo grandes variaciones en la respuesta con diferentes refuerzos”, declaró Faust.
“Es realmente alentador que una amplia gama de vacunas, que utilizan diferentes tecnologías, muestren beneficios como dosis de refuerzo. Esto da confianza y flexibilidad en el desarrollo de programas de refuerzo aquí y en todo el mundo, con otros factores como la cadena de suministro y la logística también en juego”, concluyó.