El mundo registró 21 millones de nuevos casos de coronavirus la semana pasada, el peor dato semanal desde el inicio de la pandemia, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS). La cifra de decesos se mantuvo casi inalterable, en más de 50 mil.
En su evaluación semanal de la pandemia, publicada el martes en la noche, la agencia de salud de Naciones Unidas informó que el número de casos de COVID-19 subió 5 por ciento y que el ritmo de expansión parece estar frenándose: solo en la mitad de las regiones aumentaron los positivos. A principios de mes se había batido el récord de contagios, con 9.5 millones, luego de un repunte del 71 por ciento con respecto a la semana anterior, mientras la variante ómicron, altamente contagiosa, se propagaba por todo el mundo.
Según la OMS, el mayor incremento en los positivos se dio en Oriente Medio, con un alza del 39 por ciento, seguido de un aumento del 36 por ciento en el sudeste asiático. Las muertes subieron en esas dos regiones, además de en América, pero cayeron en otras.
El director general de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió el lunes en contra de hablar de que la pandemia podría estar encarando su “fase final” y advirtió que las condiciones siguen siendo apropiadas para que surjan nuevas variantes, con amplias zonas donde la gente no está vacunada en países con una rápida transmisión del virus. Pese a esto, Tedros declaró que es posible que el mundo abandone la fase aguda de la pandemia, si se cumplen objetivos como inmunizar a al menos el 70 por ciento de la población de cada país, a finales de año.
En Gran Bretaña, investigadores del Imperial College London registraron a principios de mes la mayor tasa de prevalencia del COVID-19 en Inglaterra, estimando que alrededor de una de cada 23 personas que pasó la prueba de detección del virus lo tenía.
Los científicos apuntaron que hay indicios de que el repunte masivo causado por ómicron ha empezado a estabilizarse, aunque la tasa de contagios sigue siendo alta. Según la comunidad científica, es menos probable que la nueva variante cause una enfermedad grave o la hospitalización, pero se propaga mucho más rápido que las anteriores, incluyendo la delta.