Desde inicios de la pandemia las organizaciones dedicadas a la salud han anunciado que es importante tomar vitaminas para reforzar el sistema inmune y de esa manera protegernos un poco más del virus SARS-CoV-2.
Se dio a conocer en un nuevo estudio científico que tener altos niveles de vitamina D ayuda a reducir el riesgo de enfermedad grave por COVID-19.
El estudio realizado por la Universidad Bar Ilan y el Centro Médico Galilea de Israel observó la correlación entre los niveles de vitamina D en el cuerpo y la mortalidad y la gravedad de la enfermedad causada por el COVID.
“Al igual que con otras infecciones respiratorias, está surgiendo un vínculo entre la deficiencia de vitamina D y la infección por COVID-19. Los niveles bajos de 25(OH)D en suero entre los pacientes hospitalizados también se han relacionado con una mayor gravedad de la enfermedad y peores resultados clínicos”, expone el estudio.
“Los pacientes ingresados con COVID-19 se clasificaron según la gravedad de la enfermedad y el nivel de 25(OH)D. Mediante un análisis de regresión multivariable se determinó una asociación entre los niveles de 25(OH)D previos a la infección, divididos en cuatro categorías (deficiente, insuficiente, adecuado y normal alto) y la gravedad de la COVID-19. Para aislar la posible influencia del patrón sinusoidal de los cambios estacionales de 25(OH)D a lo largo del año, se utilizó un modelo cosinor,” explican.
De mil 176 pacientes ingresados, 253 tenían registros de un nivel de vitamina D antes de contraer a la infección por COVID-19, por lo que fueron los utilizados por los científicos para la investigación.
Los investigadores encontraron que mientras se tenga un estado más bajo de vitamina D fue más común observar pacientes con enfermedad grave o crítica en comparación de los pacientes con enfermedad leve o moderada. Los pacientes con deficiencia de vitamina D tenían 14 veces más probabilidades de tener una enfermedad grave o crítica de COVID-19.
“Nuestro estudio contribuye a un cuerpo de evidencia en constante evolución que sugiere que el historial de deficiencia de vitamina D de un paciente es un factor de riesgo predictivo asociado con un peor curso clínico y mortalidad de la enfermedad por COVID-19″, concluye el estudio.