Salud

¿Tus alergias son más fuertes? Puede ser otra consecuencia del cambio climático

El cambio climático hace que las alergias sean más frecuentes y más graves.

En comparación con 1990, hoy en día la temporada de polen comienza 20 días antes y se prolonga ocho días más. (Shutterstock)

Actualmente, entre el 10 y 40 por ciento de la población mundial está afectada por la rinitis alérgica debida a la exposición al polen estacional. Sin embargo, el cambio climático puede impactar de forma considerable estas cifras.

Los síntomas más comunes de esta alergia son los estornudos, el picor de nariz y la congestión nasal. Los alérgenos inhalados también pueden provocar una exacerbación del asma bronquial alérgica.

Una investigación ha demostrado que el incremento de las tasas de sensibilidad y los síntomas más graves han sido el resultado parcial de un aumento de la producción de polen en las plantas polinizadas por el viento, que ha dado lugar a un aumento a largo plazo de la abundancia de polen en el aire que respiramos.

Hay fuertes indicios de que las plantas producen más polen cuando las temperaturas urbanas son más altas; es decir, en lugares, con elevaciones más bajas, y en laderas con exposición al sur y durante períodos más cálidos.


En general, existe una conexión positiva entre los síntomas alérgicos y la abundancia de polen. Sin embargo, esta relación puede variar significativamente entre diferentes regiones bioclimáticas, entre diferentes pacientes y para cada tipo de polen. Y por supuesto, suele haber un desfase temporal variable entre la exposición real al polen y la aparición de los síntomas alérgicos .

Los resultados obtenidos en los Países Bajos indican que existe una fuerte conexión entre la temperatura y el inicio de la estación del polen: se ha observado un adelanto y un incremento en su duración. Los cambios más tempranos de las estaciones de polen en el aire hacen que la aparición de los síntomas alérgicos sea más difícil de predecir y de tratar con eficacia.

Se ha constatado un avance y una prolongación generalizados de la estación del polen y un aumento de las concentraciones en toda América del Norte que están difícilmente acoplados al calentamiento observado. Los resultados del estudio revelan que el cambio climático debido a los seres humanos ya ha exacerbado las estaciones polínicas en las últimas tres décadas, con los consiguientes efectos nocivos para la salud respiratoria.

Eventos climáticos extremos y polen alergénico

La investigación también documenta que el polen de las gramíneas es el principal aeroalérgeno en todo el mundo.

Los cambios climáticos (incremento de aridez y temperaturas extremas) favorecen la extensión de estepas de gramíneas y compuestas pueden incrementar la cantidad de polen en la atmósfera.

La especie Ambrosia artemisiifolia L. es en Europa una planta invasora y exótica . Además, su polen es altamente alergénico. Las estimaciones primarias indicaron que la sensibilidad a la ambrosía se duplicará con creces en Europa , pasando de 33 millones de personas en 2020 a 77 en 2060. Los mayores aumentos proporcionales se producirán en los lugares donde la sensibilidad es actualmente poco frecuente.

Relación entre tormentas eléctricas y asma

Después de una tormenta eléctrica es habitual que se desencadenen ataques agudos de asma.

Las descargas de las tormentas eléctricas pueden concentrar los aeroalérgenos (polen de gramíneas) a nivel del suelo y liberar partículas alergénicas respirables tras su ruptura por choque osmótico relacionado con la humedad y las precipitaciones.

La inhalación de altas concentraciones de estos aeroalérgenos por parte de individuos sensibilizados puede inducir respuestas asmáticas tempranas que van seguidas de una fase inflamatoria tardía.

Las tormentas eléctricas durante las temporadas de polen pueden provocar una exacerbación de la alergia respiratoria y el asma en pacientes con fiebre del heno.

La calima y la bruma

En Pekín, los episodios de bruma severa se asocian a la reducción de los vientos del norte invernales en superficie, el debilitamiento de los vientos del noroeste en la troposfera media y el aumento de la estabilidad térmica de la atmósfera inferior.

No está claro cómo pueden responder esas condiciones meteorológicas al cambio climático, aunque se prevé un aumento del 50 por ciento en la frecuencia y un 80 por ciento en la persistencia de condiciones meteorológicas propicias.

El Sáhara produce más polvo eólico que cualquier otro desierto del mundo. El polvo sahariano tiene un impacto importante en los procesos climáticos, los ciclos de los nutrientes, la formación del suelo y los ciclos de los sedimentos. Estas influencias se extienden mucho más allá de África, gracias a las grandes distancias que recuperan el polvo sahariano, surgendo a la salud respiratoria de las poblaciones afectadas no solo por las partículas minerales sino también por el polen asociado.

Cambios en la alergenicidad del polen

La alergenicidad del polen no es solo el resultado del alérgeno, sino también de los factores adyuvantes del polen. Así, la exposición a los alérgenos es necesaria, pero no suficiente para el desarrollo de la alergia.

Los pólenes liberan una amplia gama de diferentes sustancias bioactivas, como azúcares, lípidos, metabolitos secundarios y hormonas. En particular, estos mediadores bioactivos se unen a los receptores de las células inmunitarias humanas, lo que podría promover la sensibilización alérgica a las proteínas derivadas del polen o potenciar las respuestas inmunitarias alérgicas ya manifestadas.

Asimismo, la temperatura parece tener un efecto directo en la liberación de alérgenos, como revelan las frecuentes interanuales en un estudio sobre el polen de abedul en Alemania.

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

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